Una estación «fantasma» sin trenes ni viajeros

«Es una pena que esta estación tan solo haya servido en los últimos años para comerte un buen almuerzo. Se ha convertido desde hace tres años en una instalación fantasma, sin trenes, ni viajeros ni ningún servicio. Habrá que ver si cuando llegue algún día el tren está todo en condiciones o tendrán que volver a cambiarlo cosas porque el paso del tiempo lo estropea todo». Así lamentaba esta semana un vecino de Dénia la situación de la estación terminal de la línea 9 del TRAM, que permanece inoperativa desde hace ya tres años y medio tras la decisión de la Generalitat de cerrar la línea que unía la capital de la Marina Alta y Calp.

Desde entonces la estación ha servido para atender a los usuarios que realizan este trayecto en autobús, el medio alternativo que puso a disposición la Generalitat para poder desplazarse, por la comarca y fuera de ella, hasta Alicante.

«Obviamente el ajetreo no es el mismo» reconocen algunos vecinos que actualmente utilizan este servicio provisional y que deben coger justo al lado de la estación. Remarcan que es una situación «muy incomoda e injusta, llevamos ya demasiado tiempo y por ejemplo, no hay ni un mísero resguardo para esperar al autobús. Para llegar a Calp pierdes media mañana y para viajar a Alicante ya se convierte en una verdadera odisea».

Durante estos tres años la imagen del interior de la estación ha cambiado sustancialmente. Se ha adecuado la vía para los futuros trenes y también se ha realizado un cambio de imagen, «tiene un aspecto moderno, es una pena que todavía esté en desuso», lamentó otro usuario. De hecho los andenes lucen como nunca, todo está por estrenar: bancos, jardineras, marquesinas, vallado, «tan solo falta lo más importante, el tren y los viajeros», apuntan.

Pese a no contar con el servicio ferroviario, hasta hace unas semanas el ajetreo en el interior del recinto era constante gracias a un pequeño bar, «por las mañanas siempre estaba lleno, mucha gente paraba a almorzar aquí». Ahora también permanece cerrado, «sus últimos arrendatarios han decidido buscar otro local más pequeño», comentó uno de sus clientes habituales.

A media mañana tan solo se observa a una operaria realizando tareas de limpieza en todo el edificio y otra en las taquillas, quién explica que ahora su función, principalmente, es la de vender los tickets para los trayectos en autobús. Aunque también atiende consultas de los viajeros. «Ya hay poca gente que pregunte porqué no está operativo el tren, o cuando volverá a estarlo. Lo primero ya sabe, lo segundo ya se no se espera, cuando llegue, si llega, bienvenido sea», apunta una vecina mayor que pasea todas las mañanas por la zona.

En el resto de municipios de la comarca donde también pasará el TRAM, la situación es similar, «está casi todo preparado, solo faltan el tren y los viajeros».

Pero ni uno ni lo otro pisará las estaciones de Benissa, Teulada, Gata de Gorgos y Dénia previsiblemente hasta 2022, casi dos años más tarde de la fecha fijada en junio de 2018. Tal y como explicaron desde Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV), su finalización está ligada a la construcción del nuevo Pont del Quisi en Benissa, una infraestructura que creen que no estará acabada hasta dentro de poco más de dos años.

Actualmente se está llevando a cabo la redacción del proyecto. Esta parte del proceso puede tardar unos meses. Una vez confeccionado el documento, se llevará a exposición pública la obra, «a principios de 2021».