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B. Ortolà
Jueves, 24 de septiembre 2020, 22:49
«El jabalí es una verdadera complicación, hay que buscar todo tipo de soluciones porque las que se han planteado hasta ahora no han surgido efecto». En el municipio de Gata de Gorgos lo tienen claro, la masiva presencia del cerdo salvaje en la Marina Alta, especialmente en la zona del Parque Natural del Montgó y sus aledaños, se ha convertido en un quebradero de cabeza. Por ello creen necesario buscar soluciones efectivas para reducir el número de ejemplares, convertido ya en plaga.
Su apuesta, explicó ayer el alcalde, Josep Signes, durante la junta rectora del parque natural, es optar por la contratación de una empresa especializada en el trampeo. Se trata de una modalidad novedosa de esta técnica de caza mediante trampas y cepos. Según el edil, "ya mantuvimos una conversación con ellos y no nos importaría que probasen en nuestro término municipal".
El munícipe recalcó la necesidad de conseguir un método efectivo que reduzca la población de este animal: "destrozan campos de cultivo, provocan accidentes de tráfico e incluso ya llegan hasta nuestras casas".
Signes entiende que esta iniciativa "podría ser una opción complementaria a la caza". Y es que el edil mostró sus reticencias sobre la efectividad de la cacería, "no podemos depender de ella porque se ha comprobado que no está acabando con la plaga".
Palabras que quiso rebatir el portavoz de los cazadores, Jose Antonio Contrí. A su entender, el problema es la limitación que tienen a la hora de dar caza a los animales en la zona del parque natural. Contrí recordó que el PRUG (Plan rector de uso y gestión) del parque natural tan solo permite la caza de gancho y no la de batida, con esta última, apuntó el portavoz de los cazadores, "no acabaríamos con el problema, pero si se hiciera una vez al año, aumentarían los ejemplares abatidos respecto a la técnica de gancho".
La propuesta de Contrí no fue compartida por el director del Parque Natural del Montgó, Joseba Rodríguez, quién resaltó las "dificultades" que conllevaría celebrar una batida: "además de tener que movilizar a mucha gente, hay que tener en cuenta que en existen hay viviendas y carreteras cercanas. No se podrían controlar todos los movimientos de los animales, que podrían provocar graves destrozos, incluso accidentes". Por esta razón, recordó Rodríguez, el PRUG tan solo contempla la técnica del gancho en el parque natural.
Otro de los temas que salió a relucir durante la celebración de la junta rectora del parque natural fue el proyecto de recuperación del águila pescadora en la comarca. Una propuesta que empezó hace dos años con reintroducción de varios ejemplares en el Parque Natural de la Marjal Pego-Oliva.
Para el presidente de la junta rectora y alma mater de la iniciativa, Joan Sala, "el próximo año debería tomar otro cariz. Cuando se inicia un proyecto, es necesario ejecutarlo en su totalidad". Se refería Sala a aumentar el número de ejemplares, "estos dos años se han reintroducido cuatro aves por año en la Marjal de Pego, pero la propuesta eran llevar 10 allí o otros 10 al Montgó, esperemos que haya dinero para poder hacerlo en 2021".
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