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B. Ortolà
Lunes, 19 de abril 2021, 23:57
«Esto es tranquilo, la gente es muy amable, el clima es bueno y el pueblo es de los más bonitos de la zona, ¿que más se puede pedir?». Esta es la respuesta más repetida por los residentes de Llíber, una pequeña localidad del interior de la Marina Alta que se ha convertido en una 'pequeña Europa', pues de los 935 vecinos empadronados, 604, casi dos tercios de la población, nacieron en algún país del viejo continente.
La nacionalidad mayoritaria es la británica, son 376; algo más que los españoles, 319. El tercer puesto lo ocupan los belgas, son 133 vecinos; les siguen los alemanes, 70 empadronados. También conviven en la localidad, aunque en menor número, nacidos en Francia, Rusia, Rumanía o Italia. Además completan el censo residentes de Marruecos, Argentina y Bolivia.
Llíber se sitúa en el primer lugar de los municipios de la provincia de Alicante con más población extranjera censada, con un 69,36%; le sigue Rojales, con un 68,13%; Daya Vieja con un 62,77% o Alcalalí y Els Poblets, con un 55,86 y un 51,48% respectivamente. Como en todo pueblo que se precie, uno de los puntos de encuentro es el bar; y el más frecuentado por los residentes extranjeros es el que se encuentran en la Plaza Mayor, «buscan el solecito de mediodía, muchos vienen a tomarse un aperitivo antes de comer», explican en el local.
En el Bar Varetes se han adaptado a los gustos de los clientes europeos, «servimos algunos estilos de cerveza que les gustan, y también el 'fish and chips', la frituría les encanta». Aunque aseguran que no han dejado de servir los platos tradicionales, «a todo el mundo le gusta un buen plato de paella o guisado».
Sentados en una mesa, tomando una cerveza, el matrimonio Thomas, una pareja de británicos, concretamente de Norfolk, afincados en Llíber desde hace más de 20 años, explican su idilio con el pequeño pueblo. Lo conocieron en un viaje a la zona, «nos gustó mucho y al cabo de un tiempo, cuando decidimos comprar una vivienda en España, no hizo falta pensar mucho donde íbamos a instalarnos». La pareja ha hecho media vida aquí, de hecho sus nietos cursan en el Ceip Sants Cosme i Damià, el colegio del pueblo.
En el centro, explica Jose Miguel Reus, edil de Juventud, estudian unos 40 alumnos, «entre 15 y 20 son residentes extranjeros».
La calidad de vida, «muy tranquila» es la principal razón que lleva a muchos a instalarse en Llíber, «la mayoría son personas jubiladas, aunque también hay parejas jóvenes que han decidido vivir aquí porque pueden tele trabajar», comenta el alcalde Jose Juan Reus.
Aunque dos tercios de la población llegó de fuera, en las calles de Llíber se aprecia una mayoría de nativos, muchos de los residentes se instalaron por el término municipal. Aún así, comenta Jose Juan Reus, muchos se implican en la vida social del pueblo, «los hay quienes participan desde siempre en las fiestas, los ves comprando el pan o tomándose un aperitivo en la terraza del bar». Aunque, apuntan algunos vecinos, también los hay que prefieren vivir de forma tranquila sin darse a conocer mucho en el pueblo. «Nosotros preferimos ser de los primeros, relacionarnos con los de aquí, conocer el pueblo, que nos conozcan», apuntan los Thomas, quienes confiesan que pasarán en Llíber el resto de sus vidas.
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