«Marqués de Campo de Dénia se ha convertido en una calle sin vida»

«Se ha convertido en una calle sin vida». Van ya diez meses desde que el gobierno socialista de Dénia, encabezado por Vicent Grimalt, decidió echar el cierre a la calle Marqués de Campo, la principal arteria económica y financiera de la capital de la Marina Alta desde 1917. Lo hizo aprovechando el cierre obligado por el estado de alarma «para favorecer el retorno a la actividad de los negocios». Una decisión criticada por no estar consensuada con la oposición, ni con los sectores afectados directamente por el cierre. De hecho, el empresariado ya vio entonces las orejas al lobo y exigieron que la peatonalización fuese una medida provisional.

También empezaron a llegar las primeras voces críticas desde la oposición. Desde Gent de Dénia pedían garantías de aparcamiento gratuito o barato, movilidad y accesibilidad, "de lo contrario sería un desprecio al comercio local, a los ciudadanos, así como a la hostelería y al Mercat Municipal". Avisaron de que el cierre de la vía repercutiría "de forma negativa en los negocios de la calle y adyacentes". Un vaticinio que con el paso de los meses se ha ido confirmando.

Es una obviedad que la arteria ha perdido el bullicio. Los primeros en notarlo fueron los hosteleros. Ha descendido el número de clientes "de paso", aquellos que iban a tomarse el primer café del día antes de iniciar las gestiones en la calle comercial o adyacentes. También empezó a disminuir la clientela en las tiendas, y en el Mercado Municipal. Una situación que hizo que por primera vez cinco sectores diferentes (comerciantes, empresarios, vecinos, hosteleros y Mercado Municipal) coincidieran en sus críticas.

Primero exigieron la reapertura, "tal y como estaba antes del estado de alarma: abierto entre semana y peatonal el fin de semana". A las quejas también se sumaron el resto de grupos de oposición, tanto el PP, como Compromís y Ciudadanos. Coinciden en asegurar que el proyecto de la peatonalización es positivo, "pero no debería haberse hecho por el tejado". Lamentan, además, que la decisión del ejecutivo "se haya tomado de forma unilateral, sin contar con nadie más". A pesar de ello, el ejecutivo de Grimalt ha decidido mantener su postura. Una decisión que, sumada a los efectos de la pandemia, ha acrecentado la crisis en la zona con el paso de los meses. Para muchos la vía "se ha convertido en una calle de segunda". Los cinco sectores afectados consiguieron reunirse una segunda vez en septiembre con el ejecutivo. En dicho encuentro volvieron a mostrar sus reticencias sobre la peatonalización. Aunque "chocamos contra una pared. Da la impresión de que no hay vuelta atrás, que la Marina Alta se queda sin el mayor centro comercial al aire libre". Tras la nueva negativa a posibles negociaciones, se iniciaron los trámites para conformar una plataforma de afectados, 'Obrim el Centre', registrada en diciembre y que ya suma 519 adhesiones. A finales del 2020 remitieron una serie de exigencias al consistorio como la reapertura de Marqués de Campo, incluida la entrada por Pare Pere y la Glorieta, "con una banda de circulación, en los meses estivales se puede cerrar como se venía produciendo hasta febrero de 2020".

Solicitaban regularizar la ocupación de la vía pública por meses y sillas, así como la limitación de la superficie para que el peatón tenga más espacio. También exigían que se priorizase el acceso de vecinos a sus viviendas y aparcamientos, así como la reorganización del tráfico y de las zonas de carga y descarga. Otra de las reclamaciones, ya demandada desde el principio, es la de buscar nuevos aparcamientos públicos "como El Rodat o la Cantera del Castillo, entre otros". Y para recuperar la vida en la calle, exigían el aumento de la digitalización de los comercios y negocios, así como el aumento de actividades complementarias y amenización de la calle, "no hay ningún espacio público cultural en Marqués de Campo".

Por último pedían mejoras en el Mercat Municipal en base a un proyecto consensuado; así como la profundización en la implantación del servicio de reparto a domicilio de compras. De nuevo la pelota está en tejado del ejecutivo dianense, que tras meses, "sigue sin moverse".