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Parte del personal de la residencia de Ondara, ayer, junto a varias residentes. Tino Calvo

El personal de la residencia de Ondara se encierra dos semanas

El objetivo es minimizar el riesgo de contagio de los residentes hasta que les suministren la segunda dosis de la vacuna

B. Ortolà

Miércoles, 20 de enero 2021, 00:02

«Es la mejor opción para evitar un contagio de cualquiera de los que aquí viven». Confinamiento voluntario durante dos semanas, esa es la medida que ha decidido llevar adelante el personal que trabaja en la residencia de mayores Mare de Déu de la Soletat de Ondara (la directora y psicóloga, la técnico de animación sociocultural y las tres auxiliares). Desde el lunes conviven las 24 horas del día junto con los 20 residentes y lo harán hasta el próximo 30 de enero, fecha en la que está previsto que se les suministre la segunda dosis de la vacuna Pfizer contra el Covid-19.

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La decisión, explica la directora del centro, Paqui Ferrando, surgió del propio personal, «entendemos que al no tener contacto con nadie del exterior, conseguiremos evitar también el contacto con el virus. En el centro viven 20 personas mayores de 65 años, libres de contagios, pero los riesgos para su salud en caso de contagio serían muy elevados». Remarca la directora del centro que este confinamiento también servirá para que las cinco trabajadoras liberen tensiones, «para nosotras el trabajo físico no pesa tanto como la parte psicológica. Llevamos desde marzo viviendo con mucho cuidado para no ser nosotras las portadoras del virus, recluirnos estas dos semanas también nos hará bien a nosotras», confiesa Ferrando.

De hecho, en tan solo dos días el personal ya nota un cambio, «trabajas más tranquila y relajada porque sabes que no hay unas tareas que cumplir en un horario determinado». Remarca la directora que este horario temporal permite destinar más tiempo a trabajar con los residentes, «actividades como jugar a cartas o sentarse a charlar un rato; cosas a las que siempre destina más tiempo la técnico de animación sociocultural, pero que ahora podemos hacer todas en ciertos momentos, cuando lo estrictamente necesario ya está hecho».

Relajación si, pero cumpliendo con los horarios, asegura Ferrando que es vital para los residentes mantener las rutinas a la hora de levantarse, en el aseo personal o sentarse a comer: «es gente mayor, que se ha acostumbrado a unas pautas, es mejor mantenerlas». De hecho, algunos de los mayores se sorprendieron al comprobar que tras la jornada laboral las cinco trabajadoras se quedaban en la residencia, «nos preguntaban si no nos tocaba ya irnos».

Durante los próximos 15 días las únicas personas que podrán entrar en el recinto serán los que trabajan en la lavandería y la cocina, aunque según Ferrando, lo harán por una puerta trasera, «dejarán allí la comida y todo lo que se tenga que lavar, por lo que no tendremos contacto directo con ellos en ningún momento». En cuanto a la adquisición de productos necesarios para el funcionamiento normal de la residencia tales como medicamentos u otros productos, aclara la directora del centro que cuentan con proveedores que desde la irrupción de la pandemia «han cumplido con un protocolo estricto, dejando en toda la mercancía en la zona trasera del edificio».

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La decisión del equipo del centro para personas mayores de encerrarse a cal y canto ha sido bien recibido también por los familiares de los residentes, «desde el principio de la pandemia hemos tenido su comprensión y apoyo, y ahora, con esta última propuesta, también han dado su respaldo».

A quienes si sorprendió «en un primer momento» la decisión fue a los familiares de las trabajadoras, «pero saben cual es la situación sanitaria actual y entienden que esta es la mejor solución para salvaguardar la salud de los residentes».

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Desde el Ayuntamiento también respaldan la postura del equipo de trabajo de la residencia, el alcalde José Ramiro y presidente del Patronato Mare de Déu de la Soledad, José Ramiro, ha loado la decisión del personal de la Residencia de Ondara, asegurando que «es admirable que estas personas, voluntaria y desinteresadamente, opten por permanecer en el centro para cuidar a nuestros mayores y evitar que se contagien», y ha mostrado su esperanza en que con la llegada de la segunda dosis de la vacuna a la Residencia de Ondara, se supere esta crisis sanitaria sin haber tenido infectados entre los residentes, como hasta ahora.

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