«Pienso que mi hija se fue y crece en algún lugar»

Xàbia. 20 de mayo de 2014. Krhystyna Savenchuk, una adolescente de 15 años, se marcha de su casa para ir al colegio. Como cada día. Ya no regresa jamás. Después de tres semanas de angustiosa búsqueda por toda la Comunitat su madre encuentra una carta de despedida en su ropa de cama. Va dirigida a su familia: «Cuando leáis esto no estaré». Y partir de ahí, cinco años de interrogantes. Su testimonio resume la incertidumbre y desazón vital a la que se ven sometidos los padres de las personas desaparecidas: una incertidumbre que desgarra.

Natalia Savenchuk no recuerda nada anómalo o preocupante en ese día en que contempló a su hija por última vez. «Sencillamente la vi feliz, se despidió con normalidad. Conocía bien a mi hija y no parecía en ese momento una chica triste».

La progenitora siempre se ha resistido a interpretar esa misteriosa carta como un adiós previo a un suicidio. «Quiero pensar que se marchó, que ahora está viva y crece en algún lugar. A mí no me cabe en la cabeza que se haya quitado la vida. No me puedo imaginar algo así».

Natalia vinculó la ausencia de su hija con la relación por internet que trazó con un chico ruso residente en Alemania. «Ese chaval era casi como un Dios para ella, se obsesionó», describe. Krhystyna «se quería ir con él, pero era muy joven. No se lo permitimos». Esa línea se investigó en su día y jamás aparecieron pruebas de que la adolescente se reuniera con él. «La policía germana se implicó en el caso. Le tomaron declaración y no encontraron nada raro. Parece que no llegó a encontrarse con él», relata la vecina de Xàbia.

Sin avances, el caso sigue abierto en un juzgado de Dénia. Natalia explica así la profunda herida que le dejó la ausencia: «Días y días sin dormir. Tranquilizantes... Me tuve que cambiar de casa. En la otra había demasiados recuerdos». Pese al tiempo transcurrido, «seguimos viviendo con esperanza. Siempre confiaremos en que vuelva. Mientras, intentamos ser fuertes, apoyarnos unos a otros. Seguir... Pero todos los días me hago las mismas preguntas. Y no encuentro ninguna respuesta».