Un afortunado gana el bote de 1.214.432,18 euros en la Bonoloto de este miércoles en un municipio de 10.000 habitantes
Yolanda y Toni en su bar, Magallanes, el único que permanece abierto en el Mercado Municipal. Tino Calvo

El toque de queda obliga a bajar las persianas de la mayoría de bares del Mercado en Dénia

La clausura afecta a cuatro de los cinco locales de restauración tras la prohibición de servir comidas en las barras

B. Ortolà

Martes, 27 de octubre 2020, 21:37

Con un semblante triste, inundado por la incertidumbre. Así se encuentran estos días Yolanda y Toni, dueños del bar Magallanes, situado en el Mercado Municipal de Dénia, el único de los cinco negocios de restauración que no ha cerrado, «por el momento», tras conocerse las nuevas medidas sanitarias impuestas por el Gobierno para frenar la pandemia. Al igual que los otros cuatro locales se trata de un bar con un espacio reducido, similar al de cualquier establecimiento del mercado; no disponen de mesas y viven únicamente del servicio que prestan en sus barras. Ahora la nueva normativa no les permite utilizarlas, por lo que sus ingresos se ven reducidos a la mínima expresión. «Aquí la gente viene, pedía su café a primera hora y se lo tomaba en la barra; a media mañana venía a almorzar y lo hacía en la barra, es la idiosincrasia de los bares del Mercat», explica el dueño del Magallanes.

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Desde hace dos días los clientes escasean mucho más de lo que lo hacían durante los meses de confinamiento, aseguran. "La gente ahora viene nos pide el bocata y cuando le explicamos que en la barra no se puede, nos dicen que mejor se van a otro sitio", lamenta Toni.

El mazazo ha sido mucho más duro los dueños del Magallanes porque habían invertido en unas mamparas con las que la barra ha quedado dividida en varios espacios individuales, "creíamos que esto iba ser suficiente, pero ayer vinieron desde el Ayuntamiento para notificarnos que no sirve".

La situación, explican casi entre lágrimas, es mucho peor que tras el levantamiento del confinamiento, incluso, aseguran, en los primeros meses de la irrupción de la pandemia, "había limitaciones pero se podía usar la barra, aunque había restricción de aforo, el goteo de gente era constante".

Abiertos desde 1990, los dueños del Magallanes se resisten a pensar en un cierre, "vamos a intentar aguantar, porque es nuestro sustento de vida, aunque las cosas cada vez están mucho más complicadas", dice Toni.

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Lamenta además el hostelero que las ayudas que reciben son más bien pocas, "al inicio de la crisis se dijo que nos darían a los negocios 1.500 euros si cerrábamos, pero no nos han notificado nada, no podemos jugárnosla".

Tampoco tienen muchas esperanzas depositadas en el consistorio, "vamos a solicitar poder poner unas mesas en la calle, fuera del recinto del mercado, pero no sabemos si nos dejarán".

Ante la imposibilidad de poder dar servicio desde la barra, Robert Borles, dueño del Bar Bonanza, justo enfrente del Magallanes, decidió echar el cierre provisional, "justo ahora estábamos mejor que nunca desde que empezó la pandemia, gozábamos de bastante clientela", lamenta. Por suerte, cuenta con otro local en la zona de restauración 'Los Magazinos', por lo que "podré por el momento capear el temporal. Aquí si se hay espacio para que la gente se siente, además al ser al aire libre cambia". Los otros tres locales, del Mercado Municipal, por el momento permanecen cerrados, a la espera de nuevas y "esperanzadoras" noticias.

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