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Sábado, 30 de mayo 2015, 00:14
Finalizada la Guerra Civil española el parque de motocicletas era más bien escaso. Pocos ejemplares habían logrado mantenerse en buen estado durante este periodo y muchas de ellas, de origen foráneo, habían sido confiscadas por ambos bandos como medio de transporte para las milicias.
A pesar de las restricciones propias del momento, no fueron pocos los valientes que con dosis de ingenio e imaginación se lanzaron a construir sus propias motocicletas. Los materiales para la fabricación de las mismas, brillaban por su ausencia o eran de baja calidad, la mayoría de las veces procedían elementos reciclados.
Los pioneros
Así en la década de los años cuarenta empiezan a aparecer constructores que fabrican pequeños motores auxiliares para ser montados en bicicletas. Por lo general suelen ser maestros mecánicos o torneros que desarrollan este tipo de mecánicas. Un buen ejemplo es la valenciana INESMO (Industria Española de la Motocicleta) que desarrolla un motor de 49 centímetros cúbicos que se aloja en el interior del cuadro de las bicicletas, con transmisión por rodillo a la rueda posterior.
Antonio Sanchiz Bueno fabricaba en su taller de Valencia, motores de gasógeno, motores que utilizan la gasificación de un elemento sólido para obtener un combustible gaseoso, como la leña, el carbón o la cáscara de almendra, destinados a la automoción y que se acoplaban a las motos en sidecares o remolques. Posteriormente desarrolló un motor de 72 centímetros cúbicos, bajo el nombre de DAVID. Marca que cambió por SB - Sanchiz Bueno- y posteriormente por A.S.B, si bien la firma británica BSA reclamó por el parecido de esta denominación comercial. Así no serán pocos los artesanos que realizan sus velomotores y motocicletas bajo sus iniciales: Cándido Pérez CP; Alonso y Rafael Bonet Carrascosa A.R.C y Francisco Sanz Marco F.S.M -todos en Valencia-; Vañó, Sánchez y Compañía V.S.C. en Alicante, y otros que emplean la contracción o acrónimos, como Jesús Roig Martí 'Romar' en Meliana; Silvestre y Corell 'Silco' en Oliva, Francisco Muñoz Vergara 'Muver' en Petrel, o directamente bajo su apellido como Rosendo Tarrasó 'Tarrasó' en Valencia.
Las icónicas BJR, Piqueres y Villof
En la comarca de la Ribera Alta, en Algemesí, BJR fue todo un referente en la construcción de maquinaria agrícola, llegando a producir 40.000 tractores. Desde 1942 a 1950 Construcciones Mecánicas Bautista Esplugues en Algemesí, fabricó la BAESAL. Un pequeño velomotor que complementaba la gama agrícola de otros vehículos como el motocarro de idéntico nombre.
Del taller de la Plaça de l'Estació se pasó a unas nuevas y amplias instalaciones donde se fabricaban los tractores y Motocicletas BJR siglas que incluyen las iniciales de los hijos Bautista, Juan y Rafael. En el periodo de 1950 a 1962, año en que cesó la actividad de fabricación de motocicletas las motos fabricadas contaban con un abanico de cilindradas que iban de los 50 a los 175 centímetros cúbicos, pasando por un motor de cuatro tiempos.
Unos kilómetros al sur, en Alberique, Jenaro Piqueres desarrolló su propia moto, la 'Piqueres'. Seducido por la velocidad, este piloto realizó una corta serie de motos -eran un calco de la Montesa- con las que participó en diversas pruebas regionales entre 1952 y 1955.
En la Avenida del Puerto 119 de Valencia, se encontraba la fábrica de Vicente Llorens Ferrer que produjo la Villof desde 1949 a 1965. Un taller que en un principio se dedicaba a la reparación de automóviles de la marca alemana DKW y que, con el paso del tiempo, pasó a construir motocicletas de líneas espartanas y enfocadas a un público eminentemente agrícola. Villof construyó además de varios modelos de motocicletas, el afamado motocultor 'careto' y motores estacionarios. A pesar de ser unas motocicletas muy rudas, llegaron a debutar en competición.
Elche como centro de producción
Curiosamente en la localidad alicantina de Elche se concentran varias marcas en los años 50 y 60. Miguel Santoja creó además de su marca 'Santoja', las 'Setter'. motocicletas que dispusieron de varias cilindradas y modelos. Santoja fabricó las R.M.H con Motores Hispano Villiers para Rafael Mira e Hijos, el distribuidor de la marca en Valencia -ubicada en la antigua Avenida José Antonio, 8-, en cilindrada de 122 y 197 centímetros cúbicos. Santoja también fue proveedor de motores para los primeros modelos de la firma catalana 'Ducson'.
Otro fabricante ilicitano que se decantó por la motorización Villiers para sus motos fue 'Elig'. Diego Mendiola fabricó el modelo Diemen con motor Ducati.
Todas ellas fueron desapareciendo con los años, tal y como ocurrió con otras marcas de mayor éxito en toda España, pero aún hoy quedan muchas unidades que son muy buscadas por los coleccionistas.Un pedazo de la historia del motor valenciano que vale la pena conocer y disfrutar.
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