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CARLOS PANADERO
Sábado, 8 de agosto 2015, 00:22
Adoptada por el cuerpo de policía americano en la década de los setenta, y con más de 100.000 unidades vendidas, la Moto Guzzi California es, sin duda alguna, el buque insignia de la marca. Su renovación ha supuesto todo un reto para los diseñadores de Moto Guzzi, porque el objetivo del fabricante era lanzar un modelo que transmitiera los genes y la filosofía de una moto con mucha historia, pero incluyendo avances del siglo XXI. El resultado es un producto innovador, lleno de fuerza y bien equipado, que mantiene el estatus del modelo original gracias a una imagen clásica unida a una puesta a punto acertada.
Adaptada al siglo XXI
La nueva California 1400 utiliza el contrastado motor bicilíndrico en V a 90 grados de la primera generación, pero se ha aumentado el diámetro de los pistones hasta alcanzar los 1.380 cc. Esto supone que la entrega de potencia es de 96 CV, mientras que la entrega máxima de par motor se produce a sólo 2.750 revoluciones. Además, la California 1400 es la primera custom-touring que equipa control de tracción 'ride by wire' y tres mapas de potencia -turismo, veloce y rain- que adaptan el modelo al siglo XXI.
Diseño 'muscle-bike'
Con mayores dimensiones que su predecesora, la California 1400 obtiene el diseño inspirado en las grandes motocicletas americanas. Robusta y pesada, el diseño combina una imagen clásica con las mejores soluciones tecnológicas del momento. Incluye faros LED, sillín biplaza, manillar con barra de arrastre, instrumentación analógica y digital, gráficos minimalistas, logotipos Eagle, generosas plataformas y detalles cromados como los escapes o protecciones laterales del motor.
Devorando kilómetros
La primera impresión al ponernos a los mandos es la de estar sentado sobre en una moto muy grande, confortable y segura. Gracias al asiento de gran envergadura situado a 720 mm del suelo y a la posición de las plataformas y manillar, la California 1400 ofrece una postura de conducción idónea para recorrer los más de cien kilómetros que devoramos por la Ribera Alta. Su bramido es espectacular y dinámicamente nos convence porque a velocidades bajas se desenvuelve con facilidad, mientras que si circulamos al límite de la legalidad, la respuesta del motor es enérgica y contundente, mostrando un gran aplomo para disfrutar de la carretera. Los frenos ABS, la transmisión por cardán, el cambio de seis velocidades y el Ride by Wire, glorifican a un modelo que sigue siendo igual de bueno que la moto de la policía americana.
El precio de esta futura clásica es de 18.999 euros, una tarifa que se justifica con su autenticidad y artesanía.
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