El vaivén de los precios de casi todo

¿Es buen momento para comprar coche? Me preguntan, y mi respuesta es que no tenemos una bola de cristal, pero que si necesita un coche, que lo compre. No queda otra, porque hay veces que las reparaciones no salen a cuenta, como era este el caso.

Y es que hoy en día es tan difícil recomendar que los expertos tampoco sabemos a qué atenernos: pandemias, guerras, crisis de componentes y coches eléctricos nos han llevado a precios que suben por encima de los salarios de forma muy abultada, pero aún hay más: los precios del combustible.

Tras pasarlo muy mal por el excesivo precio de la gasolina, ahora estamos repostando el gasoil a 1,30 el litro, lo que nos hace replantearnos el cambio de nuestro viejo y contaminante diesel por un nuevo modelo más ecológico, más aún cuando dicen que lo más ecológico es no fabricar cosas nuevas. La incertidumbre llega también a las tecnologías y si, por ejemplo, hace unos años recomendábamos los coches impulsados por gas natural, ahora ya no se fabrican y su coste de uso es casi tan alto como los diesel, por eso de que el gas viene de Rusia.

Por último, los eléctricos empiezan a tener unas tarifas de recarga en carreteras realmente elevadas, con precios de hasta 0,70 euros el kilowatio-hora, en coches que, en carretera, superan con facilidad los 20 kilowatios cada 100 kilómetros, lo que nos deja precios más altos que los diesel.

En resumen, el vaivén que afecta a todo: precios de los coches, precios del combustible, impuestos, ayudas, etcétera, no ayuda a que el comprador de un coche pueda decidirse por uno u otro coche y, a final, entra en un compás de espera. No se trata de intervenir precios, pero un poco de sentido común ayudaría a comprar sin que en pocos meses nos sintamos como auténticos primos.

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