Audi Q4 E-Tron: Eléctrico y atractivo, todo en uno
AUDI Q4 E-TRON 35 SPORTBACK ·
Un eléctrico bonito, de alta calidad y con dos tipos de batería entre los que hay que saber elegir para acertar y ahorrar en el día a díaAUDI Q4 E-TRON 35 SPORTBACK ·
Un eléctrico bonito, de alta calidad y con dos tipos de batería entre los que hay que saber elegir para acertar y ahorrar en el día a díaTeníamos ganas de probar el Audi Q4 con calma, y la marca trajo hasta Valencia este modelo en versión Sportback, más atractiva que el Q4 'convencional' y con el acabado S-line, el que mejor les queda a todos los Audi pero ¿a qué se refiere el 35 que luce en el portón trasero? La marca ha cambiado la denominación de sus coches y ahora, en lugar de la cilindrada, algo que no tendría sentido en un eléctrico, tienen unas cifras: 30, 35, 40, 45, 50… que determinan su posición en la gama –mayor cuanto más alto es el número–. Por ejemplo el Q4 35 tiene motor de 170 CV, el Q4 40, 204 CV, y el Q4 50, 299 CV, y cada uno con una batería diferente. Cuanto mayor es el número, mayor es la potencia.
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Pero antes de llegar a qué versión elegimos, damos gracias a la marca por crear un eléctrico bonito. Ni raro, ni insulso, ni demasiado atrevido. El Q4 es, simplemente, un Audi, con todo lo que ello conlleva: sofisticación, buenas proporciones, diseño deportivo y algunos detalles 'de coche eléctrico' que no son un acierto pero no arruinan el diseño.
El lateral es la parte más afortunada, con una línea trasera que, en algún punto, se ve realmente deportiva y cercana al Q3 Sportback o al Q8. En cambio la parrilla frontal es muy grande y los faros algo pequeños. En la trasera se han 'olvidado' poner el limpiaparabrisas de la luneta, algo que evitan los eléctricos para mejorar la eficiencia aerodinámica, pero que nos deja la luneta sucia siempre que llueve.
Pero el Q4 es un Audi con todas las de la ley en su interior, en el que no se notan las hechuras de 'coche barato' que sí tienen los Volkswagen con esta plataforma. Asientos, paneles de puertas, mandos, tapizados, pantallas... todo está en su sitio y es de alta calidad. El volante en cambio ha sucumbido a la moda de hacer las cosas 'raras' y es algo ovalado, muy incómodo de llevar y con mandos táctiles que se accionan de forma involuntaria cuando giramos. La pantalla central es la misma que la de los modelos gasolina o diésel, y está ya superada por la competencia, no en calidad, porque su imagen es una maravilla en nitidez, pero sí en su 'software'. Por ejemplo, no encontramos como quitar el audio de la navegación ni hay información del uso de la batería. El mismo 'barullo' se repite en el cuadro de relojes, donde localizar el porcentaje que nos queda de batería es como buscar una aguja en un pajar. Aquí sí que Audi tendría que haber echado horas.
Las baterías disponibles son dos, de 52 y de 77 kw. Nuestro coche equipa la de 52, con una autonomía de 350 kilómetros –335 en la versión S-Line–. Es un rango perfecto para países como Dinamarca, Noruega, Holanda o Portugal, pero no para España, ya que apenas podremos recorrer 250 km. antes de volver a recargar, lo que implica que los viajes por carretera hay que planificarlos mucho. Como no es mucho más caro, es mejor elegir la versión de 77 kW y tracción trasera que, con sus 520 km. de rango, es uno de los mejores eléctricos del mercado, ya que suma a su buena autonomía un gran atractivo, espacio familiar y una alta calidad. Remata la gama el Q4 50 con 299 CV, batería de 77 kw y tracción total, cuya autonomía alcanza los 495 kilómetros. En marcha, la amortiguación es precisa y el andar muy confortable, con la dureza exacta para ser confortable, pero no 'blandito'.
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El interior es amplio y cómodo, y el maletero es bastante grande con 535 litros. Echamos en falta un maletero delante para llevar los cables que, además, no son muy ergonómicos: gruesos, cortos y pesados, todo lo que no debe ser un cable de este tipo. El Mennekes carga a 11 kilovatios y la carga rápida es a 100 kW, suficiente para su batería.
Llega la hora de elegir un Audi Q4, y ojo porque podemos 'liarla'. Por ejemplo, nuestra unidad, que es muy bonita, es terrible para la autonomía. El acabado S-Line y sus grandes ruedas suben el consumo homologado de 16,8 a 18,4 kilowatios cada cien kilómetros, casi un diez por ciento que deja la autonomía en 334 kilómetros. Además, su precio base –57.000 euros– impide que nos podamos acoger a los 7.000 euros de ahorro del Plan Moves. En cambio, la versión 40 Advance tiene más batería, más autonomía y, con algún descuento, podemos acogernos al Moves y comprar un premium a precio de coche 'popular'.
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