El diseño crossover es muy atractivo, y se ofrece a precio 'de turismo', de ahí su gran éxito.

Citroën C4: El diésel más sensato

Citroën C4 Blue HDI 130 ·

Ponemos a prueba este modelo de la marca francesa, un crossover con un bonito diseño, consumo reducido, precio competitivo y gran confort

Alex Adalid

Valencia

Lunes, 7 de febrero 2022, 11:32

Los diésel han dejado de estar de moda y, aunque sería largo explicar todos los motivos, en pocos años dejarán de ofrecerse en favor de los híbridos y los eléctricos, y es una pena, porque hoy en día sus emisiones son bajas, y para recorrer muchos kilómetros sin preocupaciones no tienen rival.

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El C4 es un coche muy nuevo, pero ya nos suena a conocido, porque se está vendiendo bastante bien. Estamos ante un crossover que tiene precio 'de turismo' y eso es una ventaja tan grande que en España en 2021 se vendieron más de 12.000 unidades, superando a casi todos los de su clase. El público quiere este tipo de diseños, y Citroën ha acertado de lleno con un coche disponible desde 19.000 euros.

Una gama completa

Además de este 1.5 turbodiésel con 110 CV -manual o 130 CV –automático-, el C4 está disponible con un motor 1.2 gasolina turbo de 110 ó 130 CV y con el eléctrico de 136 CV. El diesel es el más adecuado si vamos a realizar más de 15.000 kilómetros al año o si, simplemente, queremos consumir poco una vez comprado el coche. Es más caro, pero su consumo entre 4,5 y 5,5 litros cada cien kilómetros hace que la autonomía sin repostar sea de entre 800 y 1.000 kilómetros, con repostajes de cinco minutos.

Interior espacioso y confortable, sin dejar de lado la tecnología.

Nuestro coche de pruebas, diesel, automático y equipado a tope con el acabado Shine sale por unos 26.000 euros de precio oficial, aunque el diesel automático es más económico a pie de concesionario. Eso sí, nuestra unidad equipa de todo: 'head-up display', volante y asientos calefactables, asientos de piel y tela, techo solar panorámico, asistencia de parking, carga inalámbrica del móvil, sistemas de parada y arranque en atascos…

En marcha el coche es suave, sin apenas ruido, con una buena sensación de potencia –aunque no de altas prestaciones– y con una facilidad de uso encomiable, gracias a un cambio que hace que las revoluciones se mantengan en la parte baja del cuentavueltas. La caja de cambios automática de ocho marchas es de fabricación japonesa, del proveedor Aisin, de modo que no tiene nada que ver con las anteriores de Citroën, de tipo manual automatizadas, esta va como la seda.

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Perfecto rodador en carretera

Si en ciudad y alrededores se mueve muy bien con gran silencio y confort, en carretera está como pez en el agua, y sorprende porque puede realizar promedios de velocidad muy buenos –no olvidemos que los 130 CV cunden bastante– con gran confort y consumos bajos. El control de velocidad va muy bien y mantiene el coche en el carril con suavidad y sin 'tirones' en el volante, y el head-up display tiene mucha información fácil de leer.

Por dentro nos gusta casi todo: buen volante, asientos grandes y cómodos, una consola central ordenada y con mandos para el climatizador 'de toda la vida' además de los digitales y mucho espacio, tanto para los pasajeros delanteros como para los traseros. El maletero tiene 380 litros y un piso que podemos poner a dos alturas.

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¿Cosas menos buenas? La línea 'crossover' hace que no tengamos muy buena visibilidad hacia atrás, navegar por algunos menús multimedia no es rápido para, por ejemplo, activar el aparcamiento asistido y, sobre todo, nos gustaría que el motor tuviera un sistema micro-híbrido con etiqueta eco. Entre las cosas positivas nos quedamos con el diseño, el consumo y el precio. y todo ello, en un coche fabricado en la factoría de Madrid.

El diseño de la trasera ha cautivado a muchos conductores.
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