Lo último de la marca francesa es una berlina que ha apostado por unas líneas modernas y llamativas en un coche con una excelente capacidad y sistemas innovadores que facilitan la conducción
Citroën continúa renovando su gama con modelos realmente atractivos, sobre todo a primera vista. La marca francesa ha sabido crear un lenguaje de diseño distintivo, personal y diferencial que está gustando al público. Y es que, para que un coche tenga éxito, lo primero en lo que debemos fijarnos es en su diseño exterior. La elegancia y la modernidad se unen en el nuevo C5 X y, cuando ya hemos podido apreciar sus cualidades exteriores, pasamos al interior y sigue siendo de lo más atractivo. Los materiales han dado un salto de calidad y se aprecia una mayor elegancia. También está muy presente la tecnología con una pantalla táctil central de doce pulgadas muy bien configurada, con reconocimiento de voz y conexión al móvil inalámbrica. Tras el volante aparece el cuadro de mandos digital de siete pulgadas y nos gusta mucho su enorme ‘head-up display’ de 21 pulgadas, a todo color y en 3D, que ofrece información desde la ruta del navegador hasta las llamadas de teléfono, mensajes, el nombre de las canciones...
Por dentro es un coche realmente cómodo, sobre todo gracias a su espacio para las piernas y a las opciones de equipamiento de los asientos delanteros, que pueden incorporar incluso diversos modos de masaje. Además, el maletero tiene un volumen de 585 litros, una cifra positiva.
Pantalla central de doce pulgadas.
Con opción echufable
La gama de motores del Citroën C5 X comienza por un motor tricilíndrico de 1.2 litros con 130 CV y otro de cuatro cilindros, 1.6 litros y 180 CV. Ambos propulsores están exclusivamente ligados a un cambio automático de ocho velocidades, y no existe la posibilidad de caja manual.
El motor más alto de la gama y, por ahora, el más solicitado, es la variante híbrida enchufable con una potencia conjunta de 225 CV y una batería de 12,4 kilovatios que ofrece una autonomía eléctrica de hasta 55 kilómetros. Esta batería necesita menos de dos horas para recargarse en una toma de 7,4 kilovatios, o cerca de tres horas y media en una de 3,4 kW, por lo que es un coche cómodo para cargar durante la noche en nuestro puesto de carga y poder conducirlo durante el día con el modo eléctrico, ya que 55 kilómetros es una distancia por encima de la media de la distancia de los recorridos en nuestro día a día, a no ser que realicemos grandes desplazamientos. En este caso, nuestro coche funcionaría como un híbrido convencional al agotarse la batería.
Desde 30.000 euros
Los precios de la gama se inician en los 30.000 euros, una tarifa competitiva para todo lo que ofrece el C5 X. Desde la versión más asequible el equipamiento es bastante completo, con sistemas como el control de ángulo muerto, las cámaras de visión 360 grados o la alerta de tráfico trasero. Ofrece también control de velocidad por radar con función de parada y arranque, así como el control de salida de carril.
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