Una crisis para mostrar lo mejor

Decía el slogan del Gobierno aquello de 'Saldremos más fuertes'. A las pocas semanas, con la certeza de que un país que perdía cientos de vidas a diario no podía salir más fuerte, el slogan se diluyó como por arte de magia. No se trataba de salir más fuertes sino de, en medio de la tormenta, saber capitanear el barco, sea un pequeño bote o un gran transatlántico, hasta el puerto más seguro con toda la tripulación a salvo.

Eso es lo que han intentado hacer miles de pymes, en especial en el mundo del automóvil, uno de los más afectados por la pandemia y por los cambios que de ella se están derivando. Lo que han hecho los empresarios es dar un paso al frente y proteger sus empresas de la única manera posible: mirando por los clientes y por los empleados. Seguramente con una gran merma del capital, pero así son las cosas y, si hay que decidir, hay que saber cuál es la clave del negocio, si el rendimiento patrimonial o el social. Abrir las puertas sin tener apenas clientes, seguir trabajando para poder generar ingresos con los que pagar algunos costes, anticiparse al futuro aplicando teletrabajo y otras fórmulas laborales, digitalizarse más... son retos difíciles que cuesta poner en marcha con orden y concierto, y en eso los empresarios valencianos, han ido siempre por delante, y merecen nuestro reconocimiento.

No podemos olvidarnos de las numerosas pequeñas y medianas empresas que han tenido que cerrar sus puertas, ni de las muchas que, tras conseguir un crédito ICO, deberán afrontar un futuro muy complicado.

Pero sí nos quedamos con los bueno: mejores relaciones personales, mayor fidelidad laboral a las empresas que se han portado honradamente con sus trabajadores y más clientes satisfechos, una fórmula que seguirá dando sus frutos.