España es uno de los países con mayor número de coches oficiales: Ayuntamientos, Diputaciones, Ministerios, Gobierno Central, Concejalías y entidades oficiales se disputan, año tras año, el privilegio de comprar mucho, y normalmente caro, a costa de las arcas del Estado, es decir, de nuestro dinero. ¿Cómo se compran esos coches? Mediante concurso claro, un concurso que no se puede amañar pero sí acotar.

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Por ejemplo, si como políticos nos gusta un coche de 4,62 metros de largo –por poner una cifra– basta hacer un concurso para coches con una longitud entre 4,61 y 4,63 para que sea nuestro elegido el único que entre en el lote.

El asunto ha salido a relucir por un vídeo que circula por los chats de Whatsapp en el que numerosas unidades del Peugeot 407 esperan su turno para ir al desguace. Coches con más de 13 años cuyo destino final es la chatarra, y no nos parece mal para unidades que llevarán un tute importante y que, además, tienen un nivel de contaminación más alto que un coche actual pero ¿se podrían vender con algún beneficio?

Alemania tiene la solución, y en España un partido político la ha puesto sobre la mesa para copiarla: compras con un límite económico y ventas, a través de un portal propio del Estado, un año después de comprar los coches. Se incentiva así la producción de coches comprando miles cada año, pero también se pierde menos dinero al venderlos con rapidez sin apenas pérdida.

España es un país administrativamente muy complejo, pero una normativa así, que premiara además los coches 'eco', debería ponerse en marcha cuanto antes para que la Administración tenga siempre coches nuevos al menor coste posible, revisando el antiguo procedimiento actual.

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