¿Qué familiares de Ford se vuelven ecologistas para sobrevivir?

La planta de Almussafes ya está trabajando a pleno rendimiento con la última renovación de gama de los modelos Galaxy y S-Max. Estos dos vehículos de siete plazas llegan al mercado con una nueva mecánica híbrida que ha pasado a ser la única motorización con la que estos modelos se ofrecerán en el mercado europeo. Teniendo en cuenta el segmento de clientes al que van dirigidos estos dos coches, Ford ha apostado por ofrecer algo que se adapte a todos ellos: la polivalencia de un siete plazas, una mecánica ecológica suave y cómoda, tecnologías renovadas y un amplio abanico de sistemas de seguridad de última generación. Estos dos vehículos tienen pocos rivales en el mercado con sus características, además, a todo ello se le suma que su capacidad de remolque es alta –de hasta 1.750 kilos en el S-Max, por ejemplo–, por lo que incluso los conductores más aventureros pueden estar tranquilos.

El gran cambio para estos dos familiares ha sido en el motor. Su aspecto exterior no varía respecto a los anteriores modelos de combustión. En este sentido, el S-Max con su variante ST-Line ofrece una apariencia mucho más deportiva y desenfadada, mientras que el Galaxy se muestra más elegante y algo más largo y alto en comparación al S-Max.

Por dentro, en ambos coches, destaca el gran espacio y la comodidad para largos viajes. Son vehículos realmente prácticos, y en los dos casos, con todos los asientos plegados podemos alcanzar los 2.200 litros de volumen de maletero, incluso superar los mil litros plegando la última fila de dos asientos. A esta gran capacidad y comodidad se le suman las últimas actualizaciones tecnológicas de la marca con todos los sistemas de conectividad y navegación de serie, así como elementos realmente cómodos como la posibilidad de calefactar asientos y volante, controles por voz y una buena cantidad de espacios para guardar pequeños objetos.

La tecnología híbrida autorrecargable es la mayor novedad para el S-Max y el Galaxy. Estos dos modelos fabricados en Valencia cuentan con una potencia de 190 CV, con un motor gasolina 2.5 de 165 CV y un propulsor eléctrico de 120 CV, una combinación que ayuda a optimizar el consumo y a ser más respetuosos con el medio ambiente, ya que su tecnología es 'electro-híbrida' y no 'micro-híbrida' como otros coches con esta etiqueta.

Con la batería de 1,1 kilovatios –que también se ensambla en la planta de Almussafes–, estos dos coches pueden hacer pequeños recorridos en modo eléctrico, siempre a baja velocidad. Entre este suave sistema de conducción y su cambio automático, ir a bordo de estos dos modelos es realmente confortable y sencillo.

Ford ha ajustado los precios, y por 39.000 euros podemos adquirir cualquiera de los dos modelos. Además, si financiamos su compra, nos quedaría un precio de 37.500 euros. Esta tarifa es realmente competitiva teniendo en cuenta las capacidades y funcionalidad de ambos vehículos, así como su mecánica ecológica pero, además, este precio incluye un equipamiento de alto nivel con ayudas a la conducción como el control de velocidad con función de parada y arranque, asistente de pre-colisión con frenada automática de emergencia, detector de ángulos muertos, cámaras y sensores de visión frontal y trasera, asistente de aparcamiento automático, pantalla central de ocho pulgadas, equipo de sonido con doce altavoces... y otros muchos elementos y funciones más.

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