Fórmula 1 urbana ¿en Madrid?

Hace unas semanas la sorpresa llegaba con la noticia de la ambición de Madrid por albergar el Gran Premio de Fórmula 1… urbano. De inmediato los focos volvieron a Valencia, y se volvió a hablar de corrupción, de mala gestión, despilfarro, etcétera. Para muchos, siempre es buen momento para darle unos cuantos bofetones a nuestra ciudad, pero es absurdo hacerlo a cuento de algo que nunca ocurrió como nos cuentan.

La Copa del América y la Fórmula 1 pusieron a Valencia en el mapa mundial del turismo y los eventos, algo que todavía perdura, en un momento en el que la ciudad levantó el vuelo de manera considerable, generando las envidias de muchos de los de fuera, pero también de los de dentro, que no entendieron cómo funcionaba y funciona la economía del siglo XXI: turismo, internacionalización o globalización tienen que convivir con los valores locales.

Lo cómodo fue ponerse camisetas reivindicativa y negarlo todo, y el mensaje caló de tal manera que la Fórmula 1 sigue teniendo un sambenito de corruptelas cuando jamás nadie ha pisado la cárcel por este motivo y la Fiscalía ya le ha dicho a los abogados de la Generalidad que dejen de despilfarrar dinero público con acusaciones imposibles de demostrar. La Fórmula 1 funcionó aquí durante cinco de los siete años pactados, llegó una gran crisis que colapsó la economía mundial y los planes urbanísticos que la hubieran rentabilizado.

Se pudieron hacer las cosas mejor, pero otros como Madrid, lo intentaron con las olimpiadas y nunca lo consiguieron, pero no se flagelan por ello, y miran hacia adelante.

El interés de Madrid por la Fórmula 1 demuestra que lo que tuvimos aquí y aun muchos echan por tierra es un dulce apetecible por todas las grandes ciudades del mundo.