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Diseño muy vanguardista, que introduce los nuevos faros de la gama y es muy aerodinámico.
La pesadilla de los 'bemeuvistas': lo último de BMW es un SUV, es eléctrico y lo tiene todo para triunfar

La pesadilla de los 'bemeuvistas': lo último de BMW es un SUV, es eléctrico y lo tiene todo para triunfar

BMW ix ·

Los 'bemeuvistas' se echan las manos a la cabeza. La marca premium más deportiva presenta su modelo más futurista: un SUV eléctrico con el nombre iX. Pero lo que los fans más acérrimos de la marca no saben es que la marca vende más SUVs que turismos y, con esos beneficios, la familia M sigue creciendo. Aún así, y para contentar a todos, el iX tendrá también versión M

Alex Adalid

Valencia

Lunes, 20 de diciembre 2021, 11:02

Pongámonos en la piel de un 'bemeuvista' posible comprador del BMW iX acudiendo a conocer, nada menos que un gran SUV eléctrico, al concesionario. ¿Qué pensará del diseño? ¿vanguardista o lejos de la tradición y elegancia de la marca? y del tipo de coche ¿un modelo ecológico un gigante para los tiempos que corren?, y del interior ¿sofisticado o demasiado 'interiorista'? El nuevo BMW iX es un poco de todo esto pero es, sobre todo, el futuro. Y no hay que darle más vueltas. Veremos más modelos inspirados en este, como los nuevos Serie 5 y Serie 7 eléctricos, que se están desarrollando a toda velocidad para llegar al mercado cuanto antes. Pero en diseño, tecnología interior y mecánica, este es el futuro de la marca.

El iX llega con carrocería de cinco metros de largo fabricada en acero, aluminio, fibra de carbono para aligerar peso y que las baterías, de 76 o de 111 kilovatios –nada más y nada menos– tengan un rango de 425 y 630 kilómetros respectivamente, algo justos en el caso del primero y un muy buen dato para el segundo, con el que podremos viajar sin agobios. La potencia es de 325 o 525 CV según la versión, siempre con tracción total, y los precios, de 87.000 y 104.000 euros, con 17.000 euros de diferencia entre ambos.

Diseño de vanguardia

El impacto visual del iX es el de estar frente a un prototipo. Los faros abandonan las formas clásicas de la marca y son un trazo de luz en cada parte del capó, la parrilla central es vertical, pero ya no llama tanto la atención como en el Serie 4 debido a que la carrocería es una sucesión de formas planas con una trasera rotunda, casi masiva, que le da un aspecto de película futurista.

Soberbio interior, que parece diseñado por un estudio de interiorismo, no de automóviles.

Todos los detalles contribuyen a ello, con las manetas muy bien resueltas, retrovisores que parecen una obra de arte –afortunadamente sin cámara digital– finos pilotos traseros, retoques en color bronce... la aerodinámica es muy buena, con un coeficiente de 0,25 que contribuye a un consumo homologado de 19,4 kilovatios cada 100 kilómetros, el más bajo de su clase. Por supuesto, no es un SUV para salir de la carretera, ya que su carrocería se sitúa a doce centímetros del suelo, pero sí es un coche muy cómodo para viajar.

Interiorismo 'lounge'

El habitáculo es de pura vanguardia. Vacío de botones y con una gran pantalla frente al conductor y la consola, sostenida apenas por dos soportes que la unen al salpicadero. El volante es grande, grueso y con un diseño un tanto 'raro', quizás un punto de mejora… o quizás nos termine gustando, como ocurre con la nueva parrilla delantera. El ambiente es el del interiorismo más moderno, con mucho espacio, luminosidad y, sobre todo, confort, además de tecnología.

El maletero puede ser un punto débil, con 500 litros de capacidad, poco para los clientes que tienen el X5 y disfrutan de casi 700 litros, pero al menos cuenta mucha superficie y una enorme boca de carga con un solo portón, así que cuenta con algunas ventajas. Podríamos seguir hablando del nuevo sistema de órdenes vocales, los sonidos creados por un importante músico alemán o los mandos de algunas piezas firmados por Swarovski, pero es hora de conducir.

Asientos tipo bacquet, pero de gran confort.

BMW, SUV y eléctrico

El slogan de la marca, ¿te gusta conducir?, ha calado entre el público pero, ¿conseguiremos el mismo efecto con esta tecnología? El iX inicia la marcha con total suavidad, como otros eléctricos. Destaca la amplia visibilidad, y ahí se nota que el pilar del parabrisas es de fibra de carbono, porque es más fino que en otros coches. Hay mucha luz en un interior al que nos vamos haciendo poco a poco, a pesar de unas órdenes vocales que, aunque funcionan bien, están lejos de la certeza de los asistentes de Google, Amazon o Apple, que reconocen órdenes con mayor precisión.

La aceleración de la versión 50 xDrive es brutal, y se combina con un silencio, suavidad y seguridad de elite, como es habitual en la marca. El volante es muy grande y resta precisión en algunas curvas, pero no es algo que hayan notado otros compañeros, por lo que será cuestión de acostumbrarse. El comportamiento es bueno, pero no tan deportivo como en cualquier otro BMW.

El consumo en nuestro trayecto fue de unos 23 kilovatios cada 100 kilómetros, lejos de los 19 anunciados, pero mejor que otros competidores que agotan antes su batería. Si esto sucede en el BMW, podemos recargar a velocidad máxima de 150 o de 200 kilovatios, según la versión elegida. Tendríamos que hablar también de las ayudas a la conducción semi-autónoma, pero lo importante es que BMW ya sabe cuál es su futuro, un futuro en el que la gente no comprará sus coches por sus fantásticos motores o deportiva conducción, sino por su diseño, vanguardia, lujo, calidad o imagen de marca, y en todos esos puntos, el iX acierta. ¿Suficiente para los 'bemeuvistas' de toda la vida? seguramente no, pero los 'porschistas' tampoco quisieron el Cayenne y ahora tienen uno en el garaje...

Hasta 630 kilómetros de autonomía y 200 kw. de recarga.

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