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Parecía evitable, pero la norma estaba ahí y su aplicación es obligatoria para las ciudades de más de 50.000 habitantes. Hablamos de la implantación de las zonas de bajas emisiones o ZBE, que en 2023 llegarán también a la Comunitat Valenciana.

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La ciudad de Valencia está a punto de licitar 11 millones de euros para que los coches que no tengan etiquetas cero o eco no pisen el centro. Esto deja fuera a los coches sin etiqueta o con las etiquetas B o C, estos últimos todavía los más vendidos en España, algo que ya sucede en Madrid y Barcelona. Aquí, como allí, serán sancionados.

Comienza así el temido asedio al uso libre del automóvil en pro de una ecología que no siempre es tal y de la que nuestros representantes públicos tampoco dan ejemplo. Sin ir más lejos esta semana se han presentado a bombo y platillo en Madrid nuevos coches de policía local, y la letra pequeña muestra que ni la mitad de los que se incorporan tienen este tipo de etiquetas, y la mayoría son etiqueta C, los más prácticos para el día a día incluso para instituciones públicas que los tienen todo el día rodando en varios turnos por las calles.

Pero esta hipocresía que nos está tocando vivir es así, y va a afectar también a las ventas de coches. Por una parte los de etiquetas eco y cero, que siempre hemos promocionado desde aquí a través de nuestro evento Ecomov, pasan a ser los más recomendables para todos, especialmente para los que ‘pisen’ habitualmente el centro no solo de Valencia: estas zonas de bajas emisiones serán obligatorias en la capital, Torrent, Gandia, Paterna y Sagunt.

Los que no vayan a comprar coche y no tengan etiqueta eco o cero en el actual, no tendrán más remedio que estar, como nosotros, atentos a cámaras y señales para no volver a casa con un nuevo tipo de multa.

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