Los 'locos de la carretera'

Hacía tiempo que no me encontraba con un pirado en la carretera, una raza que pensaba que ya estaba en peligro de extinción, pero se ve que no, y aunque no sé cómo, hay que intentar erradicarlos.

Al caso, volvía yo de Madrid comprobando los consumos de un coche y con el control de velocidad a 120 por hora cuando alcancé la altura de un camión con un coche detrás a una distancia de seguridad normal.

Tras tocar freno y dejar sitio para que el coche rebasara al camión, no lo hizo, así que empecé el adelantamiento sin más hasta que ¡sorpresa!, tras adelantar al camión, el Peugeot 407 al que había adelantado se pega a mi trasera, de noche, y con luces largas al estilo ‘el Diablo sobre ruedas’. Lo bueno es que me recordó a alguna carrera de 24 horas donde cuando pasa algo así sigues a tu ritmo, porque llevas tus estrategias y tal, así que, pegado a mi estuvo un par de kilómetros, hasta que aceleré a fondo para quitarme de en medio a tamaño idiota.

El coche me siguió, y como no es cuestión de superar todos los límites, volví a los 120 y a mi carril y él conmigo, no dejando dudas de su intención de asustar. ¿Qué hacer? ¿Frenar? ¿Apagar las luces? ¿Moverme de carril? Decidí hacer lo mejor en estos casos, que es no hacer nada, y dejar que se aburriera, cosa que hizo hasta tomar la salida de Utiel.

Pensé en cambio en los muchos usuarios que no son tan duchos para mantener la serenidad, que pueden dar un volantazo, un frenazo o provocar un accidente por culpa de este tipo de ‘acosadores’ tan difíciles de localizar, una serie de ‘pirados’ que, francamente, creía en desuso, pero que aún persisten en la carretera. Lo mejor es mantener la calma y llamar al 112, con suerte si hay alguna patrulla cercana le puede caer un buen ‘paquete’.

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