La lucha de Volkswagen y el Gobierno

Las aguas bajan revueltas en la hasta ahora idílica relación entre la multinacional alemana y el Gobierno español. Pero lo que había dicho todo el sector por activa y por pasiva, que los planes de ayudas a la industria PERTE eran farragosos y exigían demasiados matices, es ahora una realidad: Volkswagen quiere las cosas claras o no vendrá.

Es lo mismo que ha pasado con el mal redactado y ejecutado plan Moves, pero la principal diferencia es que, si con el Plan Moves se puede marear y engañar a las miles de hormiguitas que hemos ‘picado’ con las ayudas que nunca llegan, en el caso del PERTE y de las grandes empresas el truco del trilero no es aceptable.

A la multinacional alemana se le prometió un apoyo directo vía subvenciones y ayudas que, a la hora de la verdad, se ha reducido a la mitad, y ni cortos ni perezosos, Volkswagen ha lanzado un órdago, y ojo porque no van de farol. Desde el anuncio de la planta de baterías a hoy la multinacional ha cambiado a su consejero delegado y ha variado muchos de sus planes logísticos y comerciales, que ahora pueden pasar por comprar baterías o fábricas enteras de baterías en China, donde se concentra toda la tecnología actual en este campo y donde se puede alcanzar rápidamente una producción competitiva.

¿Se hará la fábrica de Volkswagen en Sagunt? Esperemos que sí, porque lo contrario será un fracaso tan sonado que podría costar las elecciones a los gobiernos regional y central, pero el aviso ya está hecho y, a partir de ahora, tonterías las justas.

Una cosa es marear a miles de españoles y otra a una multinacional que mira por su cuenta de resultados, y que no ha dudado ni un minuto en utilizar las armas a su alcance para poner al Gobierno entre la espada y la pared.

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