Imagen robusta como buen pick-up.

Maxus T90: El eléctrico para los trabajadores

MAXUS T90 ·

El pick-up del especialista en furgones del grupo SAIC se convierte en el primero de su clase con tecnología eléctrica, perfecto para un uso profesional

A. A.

Lunes, 25 de marzo 2024, 13:46

SAIC es uno de los grandes grupos chinos del automóvil, participado por el propio Gobierno. Entre sus marcas está la exitosa MG, pero también Maxus, su especialista en furgonetas de tamaño medio y grande. Maxus ha llegado a España de la mano de Astara, uno de los mejores distribuidores del mundo, con una red nacional y global que le permite importar con garantías todo tipo de vehículos. La gama Maxus ofrece furgones en versiones diésel o eléctrica de diferentes tamaños, y de hecho, las versiones eléctricas ya son habituales entre las empresas de reparto que trabajan en el centro de las ciudades.

Publicidad

Hoy probamos este pick-up eléctrico llamado T90. Maxus ha realizado lo mismo que con su gama de furgones: partir de las versiones con motor diésel y 'electrificarlas'. En este caso, tiene un motor trasero de 177 CV combinado con una batería de 88,5 kilovatios-hora, lo que le otorga una autonomía homologada de 330 kilómetros. Pero, ¿cómo ha sido esta transformación? ¿Es un buen coche para todo uso?

Lo ponemos a prueba

Recogemos el T90 y nos encontramos ante el típico pick-up de cuatro puertas, con un diseño que nos recuerda a los Toyota o Ford de anteriores generaciones. Algunos detalles nos chirrían, como los cristales sin tintar o las tapicerías del interior básicas, pero entendemos que estamos, principalmente, ante un coche diseñado para trabajar. Así que vamos la trasera, apta para dos o tres pasajeros, y también la 'caja' para 1.000 litros o mil kilogramos, que se puede cubrir con accesorios específicos.

Doble pantalla en el interior.

La conducción es 'coser y cantar' como es habitual en este tipo de coches, con un buen andar en todo momento. Nos aventuramos a ir al Rincón de Ademuz y aprovechamos para llevar algo de carga en la parte trasera de nuestro coche. En carretera funciona perfectamente, y a una velocidad de 100-110 por hora, nuestro consumo se mantiene en el entorno de los 25 kilovatios-hora a los cien. No tiene el arrastre del motor delantero porque, extrañamente, este pick-up no tiene tracción total, lo que será un hándicap fuera del asfalto. La calefacción no nos ha gustado nada, ya que si la conectamos parece que todo se calienta de forma poco natural, con mucho calor por las toberas y un olor a calefacciones de antaño. Preferimos pasar algo de fresco, pero como no tiene ni volante ni asientos calefactables, hay que tener en cuenta este detalle si vamos a madrugar en zonas frías, ya que tendremos que llevar algo más de ropa.

La pantalla multimedia es correcta, pero, como ocurre en muchos coches fabricados en China, la radio no tiene RDS ni presenta todas las emisoras con su nombre. La conexión con el teléfono, en cambio, es óptima.

Publicidad

Sin mucha autonomía

Llegamos a destino y nos queda cerca del 30 por ciento de batería, pero no será suficiente para el camino de vuelta –unos 90 km de carga para 130 de recorrido– así que ponemos a cargar nuestro modelo. Este máximo podrá recibir energía a 105 kW de potencia con el enchufe más grande y de solo 11 en el más pequeño o Menekes. Nuestro punto carga es a 7,4 kw, así que nos vamos a almorzar para seguir con la prueba más tarde.

Lo recogemos tres horas después y nos vamos al campo, donde hay varios inconvenientes. Para empezar, la altura al suelo es escasa, y lo es porque el motor eléctrico trasero está muy bajo y podemos golpearlo y dañarlo con alguna piedra, un punto débil si vamos a ir por caminos. Tampoco tiene tracción total, así que ojo con las cuestas embarradas porque podemos 'quedarnos', y echamos de menos un sistema 'powershare' para poder acoplar maquinaria eléctrica a la batería del T90, como motosierras u otros cachivaches para el campo.

Publicidad

Buen espacio en la trasera para transportar objetos contundentes.

Volviendo a Valencia, el consumo baja hasta los 16-18 kilovatios por hora, cifras muy buenas pero que se consiguen en una conducción muy tranquila.

El Maxus T90 cuesta 58.500 euros, más que los diésel de la competencia, pero es el único eléctrico del mercado, y es un pick-up honesto y eficaz. No tiene lo último en tecnología porque de hecho no pretende ser un 'pick-up' turismo, sino cumplir con su cometido como herramienta de trabajo, con cero emisiones, un coste de uso bajísimo y un interior con buena capacidad. Y como no hay competidores, no hay más preguntas, señoría: si quieres un pick-up eléctrico, es una opción en la que podemos confiar, y si no es así, también se ofrece con motor diésel, aunque en este caso sí hay alternativas.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€

Publicidad