La primera generación del SUV compacto GLA fue todo un éxito, y la segunda llega dispuesta a aumentar su presencia en las calles, gracias a una carrocería más grande, un interior más amplio y un maletero más grande y modulable que convierten al GLA en un excelente coche único para muchas familias, más allá de ser también un gran segundo coche para las economías más desahogadas.
Si combinamos estas nuevas cualidades con la mecánica híbrida enchufable, el resultado es doblemente atractivo. Mercedes ha medido muy bien la demanda del mercado, y además de los modelos gasolina y diesel, y hasta un AMG de más de 300 CV, ha creado para toda la gama compacta un híbrido enchufable con etiqueta cero con más de 60 kilómetros de autonomía homologada y más de 50 reales entre recargas, de modo que la gasolina se utiliza solo para largos viajes.
En el día a día será suficiente con cargarlo cada noche, algo que, con tarifa nocturna, sale por un precio realmente bajo, para movernos sin pegas durante la jornada. Así ahorramos en el bolsillo y en emisiones, y sin agobios, porque incluso conduciendo rápido, cuando recargamos nos marca más de 50 km. de autonomía, así que si hacemos mucha ciudad podemos hacer hasta 70 kilómetros en modo totalmente eléctrico y olvidarnos de repostar gasolina durante semanas.
Muy polivalente
El motor eléctrico rinde 100 CV y se apoya en otro de gasolina de sólo 1.4 litros, con 160 CV, de manera que en carretera nunca falta potencia, ya que contamos con hasta 218 CV si queremos circular con agilidad incluso con cuatro ocupantes a bordo. Lo comprobamos en un largo viaje de fin de semana en el que la combinación de viaje con carga y excursiones sin carga en modo eléctrico ha supuesto un ahorro considerable: el GLA siempre consume poco y está dispuesto a todo.
Abundante tecnología en el interior.
Por dentro tenemos toda la tecnología habitual en la marca, y con un diseño que, francamente hace parecer viejos la otros modelos de su clase. La única pega puede llegar de la mano del maletero, con 385 litros, algo justo frente a los 435 originales que sin ser una cifra boyante, sí son mejores para viajar con equipaje. Eso sí, lo podemos ampliar recorriendo los asientos traseros para tener casi 500 litros de carga si contamos con la altura de la bandeja.
En marcha es un coche fácil de conducir, muy suave al volante, con una buena posición de conducción y visibilidad y con mucho espacio en la trasera. Sorprende el excelente salpicadero, con la doble pantalla en la que la central ahora es táctil, y el espacio para los pasajeros traseros, mucho más amplio que en el anterior GLA.
Competitivo en su clase
El precio de esta tecnología sigue siendo alto, pero Mercedes lo ajusta en lo posible, y cuesta unos 48.500 euros, eso sí, con la batería de mayor capacidad de su clase -casi 14 kilowatios- y la única con posibilidad de carga rápida. Son ocho mil euros más que la versión de gasolina, aunque su mayor rival es el nuevo EQA complemente eléctrico que, por un precio similar, ofrece 430 kilómetros de autonomía eléctrica. Elegir entre uno y otro será tarea difícil, pero tal y como está la red de cargadores en carretera, en la que no sabemos dónde, cuánto tiempo y qué coste tendrá nuestra recarga, vale la pena elegir el enchufable y, en unos años decidir si nos cambiamos al complemento eléctrico.
Más espacio que en el modelo anterior, sobre todo en la trasera.
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