Adiós a un genio del diseño del automóvil

Pienso que el diseño es la parte más importante de un automóvil. Sí, incluso más que el motor. Y es que si un coche no te entra por los ojos, no te va a gustar de ninguna forma. El diseño de nuestro coche, además, es una extensión de nuestra forma de ser, de nuestra personalidad. Es un reflejo del momento en el que vivimos, y a través del diseño de nuestro coche se pueden ver muchas cosas acerca de nosotros, da igual que sea un modelo deportivo que un familiar.

Muchos amantes del automóvil se quejan de que hoy en día todos los coches se parecen mucho entre ellos, de que los diseños ya no son lo que eran. Es una opinión, como cualquier otra, pero sí es cierto que en los 80 y los 90 se hicieron diseños realmente espectaculares que han servido de inspiración incluso para los coches de hoy en día, como el Renault 5, que ahora revive como modelo cien por cien eléctrico, pero toda su expectación actual ha llegado por estar inspirado en el mítico coche de principios de los 80 que enamoró a una generación de conductores.

Ahora que hablamos de este Renault y de su diseño, el padre del Supercinco, el Renault 5 de segunda generación que le dio un soplo de aire fresco a la marca francesa fue Marcello Gandini, uno de los mejores diseñadores de automóviles de la historia que falleció esta semana a los 85 años de edad. Sus diseños marcaron una época antes del comienzo del presente siglo, y es que a Gandini le debemos mucho, entre otras cosas, obras tan maravillosas como los Lamborghini Countach y Miura, los Ferrari Dino Coupé y 308 GT4, el Lancia Stratos, los Alfa Romeo Montreal y Carabo, el Audi 50 que precedió al primer Volkswagen Polo... no caben todos los modelos míticos que nos ha dejado Gandini para el recuerdo y su legado será eterno. Descanse en paz.