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Durante las últimas semanas venimos denunciando diversas situaciones muy polémicas que ha dejado la dana en todo tipo de sectores del motor, tanto a nivel de particulares como en el plano empresarial.
Esta pasada semana recibimos un mensaje de un lector que nos mostraba una situación de la que todavía no habíamos hablado, y es un problema bastante importante que, como en la mayoría de los casos, tiene que ver con la ineficiencia de nuestro Gobierno.
Este lector ha comprado un coche nuevo tras perder el suyo por la dana, por lo que ha accedido a las ayudas del plan de recuperación. ¿Cuál es el problema? Este usuario, seguro que igual que otros cientos, está a la espera de que el Gobierno pague las ayudas a los concesionarios adheridos. Al estar a la espera de esta ayuda gubernamental, el usuario no puede efectuar la compra del coche con el precio ajustado y, por consecuencia, su coche está almacenado en una campa y no le puede dar uso.
Como el que espera la ayuda es el concesionario, a no ser que el cliente no adelante de su bolsillo esta cantidad, no realizan la venta. Es decir, o se endeuda el concesionario o se endeuda el cliente, todo esto en un contexto en el que los ciudadanos necesitan de forma urgente un medio de transporte para moverse después de haber perdido sus vehículos. No todos los ciudadanos tienen el poder adquisitivo suficiente como para hacer frente a este pago a la espera de que el Gobierno se digne a enviar esta cantidad.
Como podemos percibir, seguimos viendo consecuencias de la dana a todos los niveles para la población.
Queda mucho por hacer, quedan muchas cosas que denunciar y esta es una de ellas que debe estar afectando a muchísimas personas daminificadas.
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