La industria del automóvil, en manos de marionetas

Enhorabuena a nuestro 'querido' Gobierno y a todos los políticos. España sigue siendo sinónimo de inestabilidad política y económica, aunque algunos digan que esto va como un tiro.

El tiro es el que ha vuelto a meter nuestra clase política a la industria del automóvil, y no sólo a esta, pero en este espacio de motor es del tema que debemos tratar.

La no aprobación del 'decreto ómnibus' ha provocado que la prórroga a las ayudas del Plan Moves III haya quedado paralizada. Sí, sí, ahora mismo en España no hay ningún tipo de ayuda a la compra de un coche eléctrico. Si estaban pensando en comprar uno, esperen.

Quién diría que meter en un mismo paquete todo tipo de medidas –algunas de ellas esenciales para el crecimiento social y económico, y otras realmente polémicas e innecesarias– iba a salir bien en el Congreso de los Diputados. Pues no, no ha salido bien. Y la consecuencia para el automóvil ya la estamos viendo: campañas y ofertas de todas las marcas paralizadas, inseguridad de futuro en el mercado y, mientras siga sin haber ayudas, les aseguro que la ya baja cifra de ventas de eléctricos en nuestro país va a pasar a ser casi nula.

Es decir, nos instan a cambiar nuestro tipo de movilidad, obligan a las marcas a modificar su producción y, ahora, cuando el mercado eléctrico está empezando a crecer en España, llega el mazazo de esta 'no prórroga' del Moves que ya tenía muchas fisuras en comparación a los planes de ayudas de muchos vecinos europeos.

Esto no quiere decir que nos hayamos quedado sin ayudas para siempre en España, habrá incentivos para la compra de electrificados, pero no sabemos cuándo se pondrán en marcha. Tampoco sabemos cuándo llegará la estabilidad y el progreso, aunque tardará algo más.

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