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La nueva parrilla es el rasgo más visible, pero el Serie 4 crece en tamaño hasta los 4,77 metros.

Nuevo BMW Serie 4: La nueva cara del deseo

BMW SERIE 4 ·

El coupé deportivo de la marca alemana estrena parrilla y gana carácter para resistir el empuje de la generación de modelos SUV deportivos

Alex Adalid

Valencia

Martes, 10 de noviembre 2020, 11:55

BMW es un fabricante al que le gusta que sus coches 'normales' tengan una conducción dinámica, de hecho la marca es reconocida por su deportividad cuando apenas ha fabricado deportivos en su historia. Toda su imagen la ha ganado al convertir sus coches convencionales en 'matagigantes', a través de su división M.

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La leyenda del M3 se fraguó precisamente con un Serie 3 de dos puertas, la carrocería llamada E30, y desde entonces han pasado muchos años y generaciones con un vínculo en común: la deportividad y la llegada, después de cada coupé, de espectaculares versiones M. El mayor cambio en esta saga se dio en el modelo 2013, al estrenar el nombre Serie 4 e incorporar a las carrocerías coupé y cabrio un modelo de cuatro puertas 'Gran Coupé', que ya es el más vendido.

Aún así el Serie 4 ha sufrido, como cualquier modelo convencional 'el ataque de los SUV', ya que fue la propia BMW la que estrenó la categoría SUV coupé con el X6, y ahora mismo cuenta con los X2, el X4 y el propio X6 cubriendo esa faceta.

Con estos antecedentes y competencia había que renovar el Serie 4, y BMW ha elegido este modelo para presentar su nueva parrilla de gran tamaño, un estilo que ya habíamos visto en varios prototipos.

Más carácter y deportividad

Tras la primera y controvertida impresión –no a todo el mundo le gusta esta parrilla– lo cierto es que nadie hablaba de este modelo y ahora todos tenemos algo que decir del Serie 4 y, después de probarlo a fondo, casi todo son buenas noticias.

El modelo ha ganado en longitud –alcanza 4,77 metros–, anchura y altura para convertirse en un coche más capaz tanto en su interior como en el maletero. Bajo el capó tiene motores gasolina turbo de 184, 258 o el seis cilindros de 374 CV y tracción total, aunque se echa de menos un modelo en el entorno de los 300 CV con tracción trasera. En diésel las opciones son de 190, 286 y las versión M Performance xDrive de 340 CV, casi inalcanzable para los demás diesel del mercado. Tanto los de gasoil como el modelo más potente de gasolina cuentan con hibridación ligera y etiqueta eco de la DGT. No se ofrecen, al menos de momento, cambios manuales, y todos los Serie 4 son automáticos de ocho velocidades. Para terminar con la gama, ya se puede reservar el descapotable, que regresa al techo de lona, y en breve conoceremos el diseño del Gran Coupé.

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Impecable calidad en el cuadro de mandos, que estrena pantalla táctil.

Los refuerzos en el chasis aumentan la rigidez para los tres tipos de suspensiones disponibles: normal, pack M o de dureza regulable. El despliegue tecnológico es masivo, pero no tan invasivo como en otros coches, y al volante nos sentimos 'como en casa'. La calidad de materiales y el ajuste son excelentes, y BMW se ha colocado al frente de las marcas premium. Hay detalles que podrían ser mejores: el volante es algo grueso, la palanca del cambio impide un buen acceso a la zona de recarga del móvil y el botón de arranque pasa a ser 'uno más' en una consola muy repleta. Tampoco nos gusta el diseño de la pantalla digital del cuadro de relojes, aunque a cambio el head-up display es de los mejores, sino el mejor, del mercado.

Nos ponemos en marcha por la sierra de Madrid con el 420i de 184 CV que, por 48.400 euros, es el modelo de acceso a la gama. Es confortable, rápido y poco sediento –6,3 litros cada 100 kilómetros–, pero en carreteras de curvas al motor le falta un poco de ritmo, por el que será más interesante elegir el 430i de 258 CV, aunque no pudimos probarlo en esta ocasión o, si queremos un bajo consumo, el diésel de 190 CV con etiqueta ECO, que tiene más par motor.

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Si algo diferencia al Serie 4 es lo que se disfruta al volante, y que hace sencillo lo que en otro coche sería memorable. Frenar con una precisión perfecta, girar a alta velocidad sin perder la compostura y contar con una muy buena posición para conducir en todo tipo de circunstancia, a lo que contribuyen unos excelentes asientos. El Serie 4 combina estos pequeños placeres –mejor con los motores más potentes– con cuatro buenas plazas y un maletero razonable -440 litros- para pasar un largo fin de semana o incluso irnos de vacaciones.

Todos los Serie 4 se pueden completar con los paquetes M Sport -2,500 euros- y M Sport Pro -5.000 euros- con gran cantidad de detalles que compensan este desembolso. En resumen, un BMW excelente que mantiene la tradición de coupés deportivos en la marca.

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La versión cabrio vuelve a equipar techo de lona.
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