Ahora sí, hacia la nueva distribución

La distribución de automóviles, es decir, el negocio de los concesionarios, está cambiando, y más que lo va a hacer en los próximos tres años. Los motivos son varios: Tesla –siempre presente en esta era disruptiva– la pandemia y el valor de las acciones de cada compañía. Pero vayamos por partes.

Por pura necesidad Tesla empezó a vender sus coches on-line y de forma directa, es decir, sin concesionarios, con tarifa única y pocas opciones. Como tenía, y aun tiene, más demanda que capacidad de producción, su sistema va a ser copiado por muchos, manteniendo los concesionarios como punto de entrega, de modo que la transacción sea directa entre fabricante y cliente con un precio cerrado y único.

Mercedes-Benz lo va a hacer así, llamando 'agencias' a sus socios de venta y postventa. Por eso ha vendido su rentable filial de Valencia. También lo hará Seat con el eléctrico Cupra Born, DS dentro del grupo Stellantis... y se sumarán más marcas, aunque no todas. ¿Funcionará? Muchas perderán cuota pero ganarán más dinero por coche. Cuenta con paga.

Este segundo aspecto es así por la pandemia. La demanda de coches está desatada y no hay oferta por culpa de los chios, pero los fabricantes ven con asombro como los clientes pagan más por su coche y esperan lo que haga falta. Así que se va a ir hacia producciones más pequeñas con precios más altos... si el mercado lo permite.

El tercer apunte es el valor en Bolsa. No importan tanto beneficios, tecnología o empleo, sino que suban las acciones de la empresa, y eso, en la Bolsa, no es un reflejo del valor real de una compañía pero... ¡es el mercado amigos!, y muchas empresas tienen el foco ahí en lugar de en el cliente, que tendrá coches más caros y, de momento, con una larga espera.

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