Seis colores de carrocería y techo en contraste para un Mégane más moderno y desenfadado.

Nuevo Renault Mégane, el eléctrico para todos los públicos

RENAULT MÉGANE ·

La marca convierte su superventas en un modelo eléctrico con un impactante diseño, calidad y tecnología listo para convencer a la 'generación Mégane' de las ventajas del mundo 'eco'

Alex Adalid

Valencia

Martes, 1 de marzo 2022, 10:27

Todo en el Mégane es completamente nuevo… menos el nombre, y es que la marca ha decidido que uno de sus modelos estrella se convierta en eléctrico, de modo que una gran mayoría de clientes sepan identificar inmediatamente de qué se trata este cambio y volver a enamorarse del Mégane.

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El modelo nació en 1999 y lleva vendidas varios millones de unidades, inventó el monovolumen compacto, se hizo campero con el RX4, presumido con los numerosos cabrio y muy racing con las versiones RS, pero nunca había sido eléctrico... hasta ahora, con un coche en el que todo es nuevo menos el nombre, aunque el Mégane 'clásico' se sigue manteniendo a la venta con motores gasolina, diésel e híbrido enchufable.

Bajo ese nombre 'popular' se esconde un modelo totalmente nuevo, y aunque Renault fue pionera en eléctricos con el Zoe, la marca había perdido el paso, sobre todo con la llegada de Tesla y su increíble potencial tecnológico, en el que ahora se miran todas las marcas. Por eso para el Mégane se empieza casi desde cero, con una plataforma de altísima eficiencia en consumo.

Tamaño muy manejable

Con una longitud de sólo 4,20 metros –lo mismo que un Captur– y con motor y tracción delantera, el Mégane no un crossover, aunque lo parece porque tiene algunas de las claves de diseño de este segmento, como las enormes llantas de 20 pulgadas o los pasos de rueda marcados. Pero es un modelo compacto y más ligero de lo habitual, de modo que sus baterías, de 40 o de 60 kilovatios, cunden mucho, con 300 y 450 kilómetros de autonomía respectivamente. Se ofrece con dos potencias, 130 y 220 CV y con precios desde 35.000 euros para la batería y motor menos potente y desde 40.200 para la batería y el motor de 60 kw y 220 CV respectivamente, jugando a partir de ahí con diferentes acabados y tipos de recarga para llegar a los 47.700 del tope de gama. Todos pueden acogerse al plan Moves, con ayudas de hasta 7.000 euros.

El interior con doble pantalla es el mejor del mercado por su fácil uso.

El exterior es llamativo y futurista, pero sin caer en extremos. No pierde el estilo de los modelos más modernos de Renault, aunque apuesta por unos faros y pilotos muy finos, con un resultado francamente llamativo.

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Calidad y tecnología interior

El interior es lo que más sorprende, y lo hace para bien, tanto por su calidad como por sus numerosas pantallas. La calidad es su punto fuerte, porque hasta ahora los coches eléctricos presumían de materiales 'eco' y diseños 'raros', que están muy bien pero que restan presencia y facilidad de uso. En el Mégane nos sentimos como en un coche más, pero con una calidad mucho mayor de la prevista en este modelo –más cerca del tope de gama Espace, sin duda– y con mucha tecnología muy fácil de usar. A este ambiente agradable se añade un cuadro de mandos francamente bueno, con dos pantallas, una horizontal para los relojes y una vertical para el equipo multimedia, de los mejores del mercado. Se remata con todo lo que nos gusta: los mapas de Google de serie –por cinco años– y los mandos del climatizador y todas las funciones clave –desempañamiento, luneta trasera, etcétera– con teclas. La visibilidad trasera no es el punto fuerte del Mégane, y por eso el retrovisor interior puede equipar una eficaz pantalla.

El espacio es bueno delante, aunque la consola tiene una forma peculiar para el soporte del teléfono que molesta a las tallas más altas. Detrás hay un espacio correcto, pero no sobran centímetros, especialmente a lo alto. El maletero sorprende para bien con un volumen de más de 400 litros, aunque su acceso queda alto y no hay portón eléctrico.

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Tecnología fácil de usar

En marcha tiene la suavidad de todos los eléctricos, con prestaciones buenas, aunque no deslumbrantes, algo cada vez más habitual en un mercado en el que las prestaciones más importantes son las de la autonomía. Nuestro coche homologa 450 kilómetros, pero llega a nuestras manos con la batería cargada y 370 km de rango –ya que calcula el promedio de la conducción anterior–, y son datos realistas. Yendo a todo tipo de ritmos por carretera y autovía, con un promedio superior al del conductor habitual, hacemos más de 200 kilómetros y nos quedan otros 130. En el camino: facilidad de uso, magnífico silencio, confort y una estabilidad muy buena. Nos gusta tanto la posición del cambio con una palanca junto al volante al estilo de la marca Mercedes como las levas para conseguir mayor retención en las frenadas. La dirección es muy directa en ciudad y el coche se aparca de forma cómoda y en cualquier sitio.

La carga máxima es de 85 kilovatios en la batería menos potente -que no hemos probado- y de 130 kw en la de 60 kilovatios, aunque no todas las versiones cargan a la misma potencia, que sería lo más recomendable de cara a la futura red de carga.

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Tamaño muy compacto, de 4,20 metros para ser más ligero y ahorrador.

Desde 344 euros al mes

Llega el momento de 'la pasta'. y es que por 35.000 euros antes comprábamos el Mégane más potente y ahora accedemos al eléctrico 'básico', aunque la marca apunta a su precio con financiación, desde 344 euros al mes. Sus rivales son el Volkswagen ID3, Nissan Leaf, Cupra Born, Hyundai Kona o Kia Niro.

El Mégane ofrece un tamaño razonable para el día a día, un interior de alta calidad, tecnología muy fácil de usar y espacio suficiente para viajes y familias medianas. Es, sin duda, un coche mucho mejor de lo esperado.

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El director general de Renault España, durante la presentación.

Sébastien Guigues: «Nuestro objetivo es estar en el TOP 3 de la categoría EV compacta»

El director general de Renault en España nos habló en la presentación del modelo del objetivo del coche: «Lo que comunicamos a los vendedores es que este es un concurso que tenemos que ganar. Queremos estar entre los tres primeros de la categoría, pero nos gustaría ser los primeros». Para ello Renault ofrecerá una financiación muy competitiva y cuenta con una red comercial muy preparada gracias al Zoe. «Le hemos dicho a nuestros equipos que, durante las pruebas con clientes, vayan a un punto de recarga para que vean que todo es más sencillo de lo que creen».

La marca está contenta con las ayudas del Estado, pero no con su aplicación: «Que el cliente tenga que pagar primero es un contra-sentido y una barrera para vender más eléctricos». Del mismo modo, esperan desde hace meses el Plan PERTE para saber si podrán desarrollar planes industriales para eléctricos en España. Entretanto el programa 'Re-factory' para poner al día todo tipo de coches usados seminuevos ya está en marcha «y va a ser un éxito».

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