Opel Grandland X Hybrid: Un paso más hacia las cero emisiones en toda la gama

La normativa europea obliga a los fabricantes a alcanzar un promedio de emisiones de 95 gramos de dióxido de carbono por kilómetro en las ventas de toda su gama, por lo que no les ha quedado más remedio que lanzar una hornada de coches eléctricos e híbridos enchufables, los que más emisiones reducen en el recorrido de homologación, y presentarlos con los precios más atractivos posibles, gracias también a las ayudas propuestas por el Estados, para ganar ventas, reducir ese promedio de emisiones y evitar fuertes multas.

El resultado es que estos días podemos disfrutar de los coches con etiqueta cero más económicos vistos hasta ahora, lo que en Opel se traduce en un Corsa eléctrico a la venta desde algo más de 22.500 euros, y un Grandland X híbrido enchufable que se ofrece, con ofertas financieras y las ayudas del Estados, por menos de 34.000 euros. Es todavía una tarifa alta para un SUV compacto de una marca popular, pero en este segmento las marcas como

Opel venden el Grandland con tarifas entre los 25.000 y los 32.000 euros, por lo que el modelo con etiqueta cero, aunque más caro, también reduce el coste de uso en combustible, en revisiones y en desgaste mecánico, lo que a la larga compensa el mayor precio de compra, además del placer de no repostar gasolina a cambio de enchufar el coche cada noche.

Opel lanzó a finales del 2019 el Grandland X con mecánica híbrida enchufable y tracción total, gracias a dos motores eléctricos de 110 CV, uno en cada eje, sumados al motor gasolina de 200 CV. El resultado: 300 CV, tracción total, altas prestaciones y un precio de 53.000 euros en la versión Ultimate, única a la venta.

Ahora llega la versión con tracción delantera, un solo motor eléctrico y una potencia conjunta de 225 CV. Como su hermano, conserva una autonomía eléctrica de 57 kilómetros gracias a una batería de casi 14 kilovatios que se puede recargar en la red con periodos de entre 1,5 y 7 horas. Esta autonomía sirve para un uso diario, dejando el motor de gasolina para los largos viajes, con un depósito de 43 litros que da una buena autonomía.

Empezamos nuestro recorrido con el modo 'Hybrid', que va a utilizar el motor de gasolina en los momentos de mayor exigencia de potencia, para evitar grandes esfuerzos a la batería y que esta dure unos kilómetros más.

Es curioso que todas las marcas con versiones híbridas enchufables utilicen motores de gasolina adaptados para este uso, pero el grupo PSA, al que Opel pertenece, utiliza un motor convencional con turbo, y eso se nota en un consumo algo más alto una vez se agota la batería, momento en el que alcanza unos ocho litros cada 100 km. En la parte muy positiva, nos gusta mucho el cambio de ocho velocidades y el modo 'B' del cambio, que activa el freno eléctrico, recargando las baterías pero sin frenar mucho el coche.

En cuanto al resto de cualidades, el único cambio es un maletero algo más pequeño, de 390 litros, con la misma superficie y menor altura frente a los 515 litros del resto de la gama Grandland gasolina o diésel, en la que, por cierto, ya no está el motor 2.0 turbodiésel de 180 CV.

La actual oferta es: 1.5 diesel de 130 CV, 1.2 turbo de 130 CV y 1.6 turbo de 180 CV, además de estos dos híbridos de 225 y 300 CV. Con los nuevos precios y ayudas de hasta 1.800 euros, los dos híbridos se convierten en las versiones más atractivas, en especial el modelo de 225 CV, técnicamente muy equilibrado.