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Probamos el Austral, el Renault que muchos esperaban

RENAULT AUSTRAL ·

Este nuevo SUV ‘made in Spain’ apuesta por el diseño, la mecánica híbrida y un interior con la tecnología de Google para dar un salto de calidad e imagen en la marca

Jueves, 17 de noviembre 2022, 17:32

Casi todas las familias españolas han tenido un Renault en sus vidas: padres, hijos abuelos, hermanos... así que es una marca que podemos encontrar en casi todas las calles, carreteras y garajes, una marca con grandes triunfos, pero también algunos fiascos, y es precisamente este segundo grupo el que Renault espera borrar de un plumazo con una nueva generación de coches en los que la calidad y la fiabilidad deben ser prioritarias y, tras varios años dando pasos en ese sentido, llega el nuevo Austral.

El Austral es la nueva cara de una marca que se está rejuveneciendo al ritmo que marca su nuevo director general, Luca de Meo, un experto en marketing. Su diseño es llamativo, pero como la silueta de cinco puertas y estilo SUV ya no sorprende a nadie, Renault estrena logotipo, luces y pilotos de diseño muy trabajado, colores como el gris satinado y acabados ‘premium sport’ como el Esprit Alpine, que le dan un aire vanguardista que no tenía su antecesor el Kadjar.

A ese diseño se suma una mecánica que resulta complicada por un lado y sencilla por otro. La parte simple es que la marca no ofrece ni tracción total, ni versiones eléctricas, ni diesel, ni híbridos enchufables, ni cambio manual: solo hay un gasolina 1.3 turbo micro-híbrido etiqueta eco con 140 o 160 CV y un 1.2 turbo totalmente híbrido con 200 CV.

La pantalla central tiene un menú similar en su uso a un teléfono móvil.

La parte complicada es este híbrido, de tecnología diferente a la de Toyota o Hyundai, pero que ya se está vendiendo con éxito en los Clio y Captur. Se trata de un motor gasolina de tres cilindros turbo de muy baja cilindrada y consumo sumado a dos motores eléctricos en los que uno de ellos controla también la caja de cambios. El resultado es un ‘bajón’ en el consumo y emisiones muy relevante, ya que homologa 4,5 litros cada 100 kilómetros y emisiones de sólo 104 gramos de CO2 por km., evitando así el impuesto de matriculación en España.

El tercer punto clave de este coche, tras el diseño y la mecánica, está en un interior con una patilla central vertical que incorpora el sistema Google Automotive, que nos permite, sin usar el teléfono, poder acceder a Google Maps, assistant, Spotify… y con una facilidad de uso enorme.

Desde 30.900 euros

Con estas premisas, y con unos precios entre 30.900 y 43.900 euros nos ponemos en marcha. La única versión disponible en la prueba es el 200 CV hybrid, Alpine repleto de opciones, un modelo de casi 50.000 euros de tarifa, ¡casi nada! Así que ya puede ser bueno, porque entra en un territorio claramente premium. El diseño exterior nos gusta, y al abrir las puertas notamos por su ligereza que son de aluminio, como el capó y otras piezas del coche que reducen peso y consumo. El interior es de alta calidad, y se nota en cada detalle: diseño y ergonomía, materiales, acabados… tiene detalles ‘Renault’ de toda la vida, como un techo en color gris jaspeado en lugar de negro o gris sencillo. Los asientos son eléctricos y con masaje, los huecos aparecen por todas partes, la banqueta trasera se mueve adelante y atrás y el espacio es más que holgado, con una única pega en un maletero que, de inicio, es algo justo, con 450 litros, aunque puede ampliarse sin necesidad de tumbar los asientos hasta los 650 litros.

Se mantienen los mandos físicos para el climatizador. También llega con un cómodo cargador inalámbrico para el teléfono móvil.

En marcha el coche responde de forma suave y silenciosa. Calzado con llantas de 20 pulgadas y con dirección al eje trasero –una opción de 1.500 euros que reduce el diámetro de giro y aumenta la agilidad– el Austral va realmente bien. Resulta algo ‘durillo’ de suspensión para ser un coche familiar, pero es parte del nuevo juego de las versiones Alpine, con tapizados y acabados sport que recuerdan el origen de la firma deportiva del grupo, ahora metida de lleno en la Fórmula 1.

El equipo multimedia con pantalla vertical se maneja desde órdenes vocales con la sencillez de los sistemas de Google. Los consumos son el detalle que más nos interesa, y aunque hicimos recorridos de montaña no pasó de 7,5 litros cada 100 kilómetros, cifras muy buenas que supondrán un ahorro en el uso habitual de este coche. El pedal del freno recibe las órdenes que hacemos con las levas del cambio para aumentar la frenada con la recarga de la batería. Esta es de dos kilovatios, de las más grandes en un híbrido, lo que le permite recargar más energía y reducir el consumo al usarla más a menudo, especialmente en ciudad. La otra prueba es saber qué pasa cuando esa batería se agota y es el motor turbo el único que debe ‘tirar’ del coche. En el Austral se solventa bien, aunque no se nota la potencia de sus rivales, algunos con 2.5 litros de cilindrada y hasta 180 CV. El Austral no es tan dinámico en esos casos puntuales… a cambio de consumir menos en el día a día.

El Austral se fabrica en Palencia, sus motores en Valladolid y la caja de cambios proviene de Sevilla.

Aunque no es hemos probado versiones sin dirección trasera y nos queda una prueba más a fondo, el Austral tiene todas las cualidades que le podemos pedir a un coche de hoy para triunfar en el mercado. El Austral hace lo que tiene que hacer: transportar a una familia con mucho espacio, bonito diseño, facilidad se conducción y bajo consumo. El modelo respira calidad, y si es tan fiable como los últimos Renault, el éxito está asegurado, tanto para el Austral como para los futuros automóviles de la marca francesa.

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