Probamos el Ford Focus micro-híbrido: Personalidad para todos

Aventurero, familiar, lujoso, ecologista y, en esta versión, deportivo, el Ford Focus tiene versiones para todos los gustos, y acierta con todas ellas, al contar con un buen diseño inicial al que le sienta bien cualquier atuendo 'extra' para satisfacer a todos los públicos

En el caso de los ST Line, Ford lleva cultivando la faceta deportiva de la marca desde que nació el Focus, tanto con sus versiones ST como con los potentisimos RS, auténticos 'matagigantes' de prestaciones muy deportivas. El espíritu de esos modelos llega a las versiones ST-Line, aunque en un formato para la gran mayoría.

Lo percibimos nada más ver nuestro nuevo Focus de pruebas. El color azul Ford viste toda la carrocería, que se completa con taloneras, alerón, llantas o escapes, además de suspensiones más bajas para una imagen realmente atractiva. El diseño original del Focus es muy acertado, con la parrilla delantera de la marca y una zaga compacta y bien resuelta.

El interior también es 'sport' con cuero y costuras rojas para el volante, tonos que también aparecen en los asientos en un ambiente dominado por el color negro, habitual en las versiones deportivas. Delante del conductor se ubican las habituales pantallas digitales para el cuadro de mandos y la pantalla central. Esta es de formato más reducido que en sus últimos rivales y de un diseño no tan vistoso, pero que se maneja con facilidad gracias al sistema operativo SYNCpuesto a punto por Windows, de os mejores del mercado, por lo que merece nuestro aplauso. El climatizador se controla con botones aparte cuya única pega es que algunos de ellos son muy pequeños, pero se utiliza mejor que los integrados en la pantalla.

El espacio en la trasera es correcto, algo parco en altura, ya que el techo tiene forma descendente, pero nada que deba preocuparnos… aunque si necesitamos más espacio Ford ofrece esta versión ST Line también con la carrocería familiar más amplia. El maletero, como las plazas traseras, está en la media de su clase, con 375 litros.

Nos ponemos en marcha y debajo del capó hay un motor 1.5 litros turbo de la familia 'EcoBoost' de Ford, con tres cilindros y 155 CV de potencia. Se complementa con un sistema micro-híbrido que reduce emisiones y consumos, sobre todo en ciudad, y que le da en España la importante etiqueta 'eco' de la DGT, perfecta para garantizar una mejor reventa en el futuro y sin las complicaciones técnicas ni peso adicional de los coches híbridos.

Su sonido es peculiar, y aunque no vibra mucho, al volante siempre notamos que llevamos un motor 'diferente'. Sube de vueltas con facilidad y, si pisamos a fondo, corre bastante más de lo previsto, aunque se siente más cómodo a velocidades intermedias. Ahí sale a relucir también un muy buen chasis, capaz de sortear las imperfecciones del asfalto sin llevarlas al conductor en exceso. Frenos y dirección son muy precisos, y en zonas de curvas el coche se muestra compacto y vivo, con rápidos cambios de dirección y una precisión al volante que nos hace echar de menos más potencia. Hay versiones de 190 CV, pero son más caras y se apartan del espíritu polivalente de este Focus, capaz de llevarnos todos los días a la oficina con una sonrisa, de viaje con todo el confort y de ruta de fin de semana sacando a relucir el pequeño deportivo que lleva dentro, y todo, con un precio muy competitivo.

Ford ajusta al máximo sus tarifas para ofrecer este aspirante a GTI por 23.500 euros. No se nos ocurre mejor coche para iniciarnos en este categoría, sin olvidar que Ford ofrece el acabado ST-Line también en los modelos diesel o familiares para los que busquen mayor ahorro o espacio sin perder en imagen deportiva.