Espectacular imagen, más aún en el color dorado estrenado en esta versión GT.

Probamos el Ford Mustang Mach-e GT, un eléctrico muy deportivo

MUSTANG MACH-E GT ·

Los coches eléctricos quieren convertirse en deportivos, y no solo lo intentan, sino que modelos como este Mustang GT de 487 CV consiguen unas sensaciones únicas, aunque a un alto precio

Alex Adalid

Valencia

Martes, 7 de febrero 2023, 10:00

Seamos realistas. El mercado de los eléctricos no termina de despegar en España mientras los conductores del resto del mundo empieza a pasarse, moderadamente y mediante ayudas de los Gobiernos bien planteadas, a este tipo de tecnología, y no es extraño que, con coches como este Ford Mustang Mach-e GT, muchos los elijan. Con este modelo Ford se ha atrevido no sólo a emular al Mustang, sino a darle también el apellido más deportivo GT… a falta de un Mustang eléctrico Shelby, pero esa sería otra historia.

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La del Mustang Mach-e es un relato de éxito en ingeniería y marketing. Ford planteó, como todos los fabricantes del mundo, un rival para el Tesla Model Y, que antes de salir al mercado ya era una amenaza para las demás marcas debido a lo bien que se vendía la versión sedán, el Model 3, de hecho ambos son ahora eléctricos más vendidos en el mundo.

El nombre 'Mustang'

El problema para Ford es que, al hacer un SUV eléctrico con gran batería y rango de kilometraje, el precio se disparaba, así que había que hacerlo atractivo, muy atractivo. Ahí, y vistas las prestaciones que se podían conseguir con los motores eléctricos, entró en juego la posibilidad de usar el aura de los modelos Mustang, y aunque la noticia no fue bien recibida por la dirección de Ford, bastó que Bill Ford probara el prototipo y sus excelentes prestaciones para dar luz verde a la idea: el SUV eléctrico de Ford sería, en realidad, un Mustang.

La marca realizó así un SUV de 4,74 metros de largo –un tamaño compacto para Estados Unidos y mediano para Europa–, muy bonito y con el acierto de incorporar todo lo que quiere el mercado en este tipo de coches: un interior tecnológico con una gran pantalla, un gran rango de uso, tracción trasera o 4x4 y un diseño no solo muy atractivo, sino marcadamente ‘Mustang’. El modelo, fabricado por cierto en México, llegó a España en 2021 con precios muy competitivos, desde 48.000 euros, e incluso podía acogerse al Plan Moves, compitiendo con Hyundai, Kia o Volkswagen, pero los aumentos de costes de producción y de importación han llevado al Mustang eléctrico al territorio premium. Ahora el modelo más accesible se va hasta casi los 65.000 euros, lejos además de las subvenciones del Plan Moves, por lo que el que compra este coche está pensando más en el BMW iX3 o el Audi Q4 como rivales directos.

El interior mezcla la gran pantalla tipo Tesla con una mayor información y facilidad de uso de sus mandos.

Todavía más deportivo

Ya metidos en este precio, el cliente puede pagar algo más por las versiones premium y, estirando el presupuesto un poco más, comprar este atractivo GT de 487 CV, que cuesta algo más de 86.000 euros. Su principal competidor es el Tesla Model Y Performance, con 480 CV y fabricado en Alemania, que cuesta 70.000 euros. Ford sabe que su precio está por encima de su competidor, pero tampoco le importa demasiado. Tiene tanta demanda del Mustang Mach-e que ahora mismo le cuesta atender todos los pedidos y, además, no le queda más remedio que ganar dinero con cada coche, como hacía en el momento de su lanzamiento. El Mustang tiene una batería de casi 100 kilovatios y el Tesla solo de 75 kw para una autonomía similar, 490 kilómetros en el Ford por 514 de su competidor.

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Pero no estamos aquí para comparar los coches, sino para disfrutar del Mustang, porque se entiende que, quien se compra el modelo de Ford lo hace buscando ese algo especial que tienen los deportivos de la marca y ¿lo encontrarán en este coche?

Asientos delanteros de mayor agarre, pero cómodos.

Distinto, aunque no tanto

El Mustang GT peca de un mal que tienen muchos eléctricos deportivos, y es una diferenciación estética no muy perceptible. Como no es necesario abrir más entradas de aire para el motor, como sucede con los deportivos de gasolina, por fuera apenas hay cambios: una parrilla completa de color gris, llantas de diferente diseño, frenos Brembo y un color exclusivo, como este naranja, son los únicos detalles, además del logo GT, que dan ‘vida’ a este modelo más deportivo,. Por dentro el panorama es aún más discreto, y solo unos asientos diferentes, que no deportivos, reciben al conductor de manera especial, pero no hay ni un nuevo volante o ribete, nada más distingue a este GT. De este interior, por cierto, nos sigue gustando la magnífica pantalla central y su fácil uso y no nos gusta que el techo de cristal fijo no tenga cortinilla.

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Así pues, sin una diferenciación muy grande en el exterior y casi nula en el interior ¿dónde está la magia de este GT? En la mecánica, o más bien en cómo va este mecánica. El Mustang GT tiene dos motores eléctricos que suman 487 CV, alcanza los 200 por hora –velocidad limitada– y acelera hasta los 100 en 4,4 segundos, pero más que eso, lo especial es cómo va este coche. No es más rápido que algunos rivales, pero sí es uno de los eléctricos que mejor nos hace sentir al volante, especialmente en el modo de conducción ‘untamed’.

Más que deportivo, especial

 

¿Es por tanto un deportivo? No diríamos tanto. A los eléctricos aún les queda dar un paso extra, más allá de la potencia, para alardear de ser coches con los que se disfrute al volante como antaño, pero el paso es importante en esa dirección, y el coche se siente vivo, ágil y dinámico a pesar de su enorme peso, que pronto hace que las ruedas se ‘quejen’, porque los freno son muy potentes, aunque también terminan sufriendo. Al volante nos faltarían unas levas para poder retener con el motor eléctrico de manera contundente, pero por lo demás la conducción es lo que se espera de un eléctrico sport, rápida, deportiva y más emocionante que en un eléctrico ‘normal’, y eso que el Mustang GT pierde el efecto tracción trasera que tienen en las versiones base.

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La trasera luce las tres luces típicamente Mustang en los pilotos.

Por lo demás el Mustang resuelve razonablemente bien todos los apartados. Se carga hasta a 150 kW, que no es mucho, pero sí permite aprovechar al máximo casi todos los cargadores eléctricos actuales. Consume mucho, unos 25 kilovatios reales cada 100 kilómetros, y por eso su batería también tiene una autonomía real de unos 390 kilómetros, frente a los casi 490 anunciados y en ergonomía tiene un maletero trasero algo pequeño –400 litros– que se compensa con uno delantero grande –100 litros–. Por dentro, aunque el coche gusta, se echa de menos el lujo que sí encontramos en otros coches de 85.000 euros.

El Mustang GT es un muy buen eléctrico que se queda en el mercado ‘en tierra de nadie’. Da el mismo servicio que un Tesla Y, un BMW iX3 un Audi Q4 Sportback, por poner ejemplos más baratos, pero está muy cerca en precio del BMW iX o del renovado Audi Q8 e-tron, modelos claramente de lujo, así que comprarlo es una decisión que compete únicamente a la pasión por el coche y por la marca. Si nos gusta el Mustang y queremos el GT, no hay ningún motivo para no comprarlo, al contrario, es un coche disfrutón, deportivo, nada ostentoso y que lleva a los eléctricos a un siguiente nivel de deportividad, un coche que apetece tener en el garaje, aunque no sea un Focus RS o un Fiesta ST.

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