Probamos el Mercedes EQA 250, la estrella eléctrica más atractiva

Basado en el GLA, llega al mercado español el EQA 250, el nuevo SUV eléctrico de Mercedes. Con 4,4 metros de largo, en su imagen externa se aprecian algunas diferencias con el GLA, por delante aparece una parrilla cerrada y específica pintada en negro, que es exclusivamente decorativa; por detrás, la identidad lumínica está formada por una línea de luces led que recorren toda la trasera.

El habitáculo es similar al del GLA con nuevas molduras con acabados dorados y azul, y su maletero ve reducida su capacidad en 95 litros con respecto al GLA, ofreciendo una capacidad de 340 litros. Su sistema de navegación ofrece una función extra denominada 'Electric Intelligence', que tiene en cuenta las paradas necesarias para recargar y las condiciones meteorológicas, la orografía del terreno y el tráfico.

Con algo menos de 500 kilogramos extra de peso con respecto al GLA, este nuevo eléctrico de la marca alemana con tracción delantera está movido por un motor de inducción que ofrece 190 CV, con los que el EQA tiene una autonomía de entre 399 y 494 kilómetros, y acelera de cero a cien en 8,9 segundos. Su batería está ubicada en la parte baja del piso y está refrigerada mediante líquido. Tiene una capacidad de 66,5 kilovatios y funciona con una tensión máxima de 420 V, y con ello la marca ofrece una garantía de 180.000 kilómetros u 8 años. Llegarán unas versiones 300 y 350 de tracción total con 282 y 292 caballos de potencia respectivamente, que incorporará un segundo motor en el eje trasero. Ofrece también cuatro modos de conducción: Individual, eco, confort o 'dynamic'.

Se necesitan 30 minutos para cargar la batería desde el diez al 80 por ciento en una toma de corriente continua a 100 kilovatios de potencia. Mientras que en una toma de corriente alterna a once kW serán necesarias algo menos de seis horas para cargar del diez al 80 por ciento.

Como primera toma de contacto recorrimos unos 140 kilómetros por los alrededores de Madrid, en un trazado con carreteras variadas, a lo que luego sumamos por nuestra cuenta unos 20 minutos de recorrido puramente urbano para comprobar como se desenvuelve en este ámbito el nuevo EQA. Por dentro cuenta con su volante multifunción, todo tipo de ayudas a la conducción e infoentretenimiento y dos grandes pantallas de 10,25 pulgadas unidas entre sí, por lo que el manejo nos resultó muy familiar. También apreciamos indicadores de carga y estado de la batería, así como un silencio de marcha realmente sobresaliente.

Las levas no sirven para cambiar de marcha –ya que no tiene–, pero si para jugar un poco a recuperar energía con los indicadores de tipos de retención. El coche se comporta de forma muy noble en curvas cerradas, aunque, lógicamente, tiene unas mayores inercias por el exceso de peso y hay que ir habituándose a su manejo y a su frenada con un tacto diferente propio los solo eléctricos. Si jugamos con los distintos modos de conducción, también comprobamos que el coche se comporta de forma diferente en función del que elijamos.

En nuestro recorrido por carretera los consumos oscilaron entre los 22,5 kilovatios a los cien, llegando hasta los 26,9 kW cada 100 km. En algunos tramos de autovía en bajada, intentamos ahorrar y recargar consumos, pero, para lograrlo con efectividad en el modo D - -, la velocidad desciende por debajo de los 90 kilómetros por hora. Eso sí en nuestro itinerario urbano, la recarga es mucho más efectiva y el consumo apenas llega a los 20 kW a los cien, lo que nos permitiría sin duda alcanzar cerca de 500 kilómetros de autonomía.

El precio de venta es de 49.900 euros a los que habría que descontar la ayudas del Gobierno y de Mercedes-Benz.