La gran duda al comprar un Renault Arkana: ¿totalmente híbrido o solo micro-híbrido?

El diseño vende, y eso es algo que Renault tiene aprendido desde hace algunos años, en especial desde que el valenciano Julio Lozano diseñó el Renault Captur y el modelo rompió moldes en ventas

Precisamente el Arkana toma su espíritu del Captur para convertirse en un modelo que está llevando el estilo SUV coupé de algunos modelos premium a un segmento más accesible, con precios desde los 25.000 euros. Y si no fuera bastante con un fantástico diseño y buen precio, el Arkana se ofrece con dos motores con etiqueta eco, un gasolina 1.4 turbo micro-híbrido de 140 CV y un modelo totalmente híbrido con 145 CV que hemos probado a fondo durante una semana.

El diseño convence, e incluso en color negro es un coche elegante y atractivo. Nuestra versión RS Line equipa detalles en rojo en llantas y otros puntos de la carrocería que aumentan el encanto de este modelo 'full black' cómo llaman a estos coches los expertos de marketing.

Por dentro no solo se inspira en el Captur, sino que toma su moderno salpicadero para crear un ambiente atractivo, pero sin exageraciones. Hay luces de varios colores, una pantalla vertical de fácil uso y un fantástico cambio de marchas de tipo electrónico, pero con palanca. En general es moderno y los detalles que más 'toca' el conductor, como volante, asientos o teclas de los mandos, tienen un aspecto fantástico. Nos gustan los asientos calefactables y no tanto que el climatizador sea de una sola zona.

Detrás hay espacio razonable en el que dos adultos viajan a la perfección, y dos niños, aún mejor. El maletero pierde algo de tamaño por la batería y se queda en 480 litros –510 en el 1.4 turbo–, ampliables a 1.200, no tanto como en los SUV con portón 'recto', eso está claro.

Salimos de Madrid a los mandos de este híbrido, que tiene una batería que se auto-recarga y de la que hace uso, sobre todo, en ciudad. Sorprende el aplomo y el buen ritmo. Nos sentimos a los mandos de un coche más pequeño en cuanto a ligereza, pero con el andar de un grande. A nuestro habitual ritmo, pero con el desnivel en bajada de la capital a Valencia, el consumo ronda los 5,3 litros, muy bajo para un modelo de gasolina ¿el motivo? Cada vez que levantamos el pie del acelerador el motor de gasolina se desconecta y el eléctrico regenera energía que la utilizará más adelante. El motor está diseñado para esta mecánica, es un 1.5 litros sin turbo con solo 95 CV, pero que, con 70 CV más de los motores eléctricos, logran esos 145 CV.

Llega el día a día urbano y el Arkana sigue llamando la atención en el tráfico. La dirección es muy suave, y lo único que notamos es que la parte eléctrica entra en ocasiones en escena de un modo menos suave que en otros híbridos. El consumo se mantiene en cinco litros, y eso que usamos el maletero para un par de 'portes' más bien pesados.

De vuelta a Madrid llega una prueba de fuego ¿qué pasa cuando se agotan las baterías? Pues que nos quedamos solo con el motor de gasolina. Esto solo ocurre en cuestas prolongadas, como la de la A3 en Buñol. El coche sale del paso revolucionando el motor de gasolina para que sus 95 CV mantengan el tipo, aunque con algo más de ruido. El resto del camino, suavidad y 6,2 litros de consumo medio.

En esta versión a tope de equipo cuesta 31.500 euros, pero con una gama desde 25.500 –ya con etiqueta eco– y el híbrido desde 27.300 euros, es decir, unos 2.000 euros más que el turbo de 140 CV. Una buena oferta.

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