Probamos el Renault Espace Hybrid, un familiar para nuevos tiempos
RENAULT ESPACE HYBRID 4CONTROL ·
Ya no es un monovolumen, sino un SUV de siete plazas con motor híbrido, bajo consumo y etiqueta eco repleto de tecnologíaSecciones
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RENAULT ESPACE HYBRID 4CONTROL ·
Ya no es un monovolumen, sino un SUV de siete plazas con motor híbrido, bajo consumo y etiqueta eco repleto de tecnologíaVamos a empezar por el final, y es que el nuevo Espace no tiene tres plazas en la segunda fila con anclajes Isofix, algo que buscan desesperadamente muchas familias y que antes se encontraba de forma 'fácil' en Renault: tanto el Koleos como el Espace o el gran Scénic tenían esta opción, pero los tiempos cambian, y las familias numerosas son cada vez menos numerosas. Es más, casi todos los que cuentan con tres o más niños en casa son familias 'nuevas', las que surgen cuando dos personas con sus respectivos hijos forman una nueva pareja. En ese momento hace falta espacio, pero Isofix, no tanto.
Por este motivo, Renault ha 'transformado' el Espace. El último modelo, ya transformado en un lujoso crossover, no terminó de despegar en ventas, y en cambio era necesaria una versión de siete plazas del SUV compacto actual, que es el que ha heredado el nombre de Espace. Así pues, este nuevo SUV familiar de siete plazas se fabrica en España, en la factoría de Palencia, junto a su hermano compacto, pero tiene muchos cambios. El más obvio es la longitud del chasis, también las puertas traseras más largas, la presencia de dos asientos extra en la trasera y el mayor volumen del maletero, entre 480 y 580 litros, depende de si llevamos las dos plazas incorporadas en el coche -y plegadas- que es lo propio en estos modelos.
El Espace solo ofrece en España, por el momento, la mecánica Full Hybrid de 200 CV, que une un motor de tres cilindros 1.2 litros turbo y dos motores eléctricos para obtener un rendimiento brillante en el que destaca el bajísimo consumo para las prestaciones que es capaz de cometer. Además, tiene dirección a las cuatro ruedas, un detalle que conocemos en algunas marcas premium pero que, en coches populares, solo ofrece Renault, y que desde luego es muy adecuado para maniobrar en garajes pequeños.
En el interior, la marca ha mantenido el lujo del anterior Espace con la carrocería del modelo actual: muy buenos asientos, de gran presencia y confort, se conjuran al coche, con una segunda fila que no tiene asientos diferentes para cada una de las tres plazas, pero sí mucho espacio para que en siete plazas viajen tres pasajeros con dinero de sobra. Aquí hay dos anclajes Isofix, que se suman al del asiento del pasajero. Por último, hay dos plazas extras en la trasera, de fácil acceso, aunque no tan cómodas como en aquellos Espaces monovolumen con los que soñábamos viajar en nuestra infancia. El maletero, con siete plazas, queda muy reducido, pero con cinco puede variar entre los 580 y los 780 litros, gracias a que la segunda fila de asientos se puede recorrer adelante y atrás. Además, la trasera del nuevo Espace es bastante recta, así que el volumen a lo alto es enorme, perfecto para pequeñas mudanzas.
Nos ponemos al volante para encontrar el mejor puesto de mandos de su clase, con una pantalla horizontal para el cuadro de relojes y una vertical para el equipo multimedia. Este utiliza Android Auto con las aplicaciones de Google a la vista, lo que hace que sea sumamente cómodo de usar, sobre todo Maps, Spotify o aplicaciones de uso genérico como Waze. Una maravilla. A ello se suma el confort del puesto de mandos, con una banqueta central para dejar el móvil cargando que permite incluso apoyar la mano; la verdad es que todo está muy en orden.
En marcha, el Espace parece más ligero de lo que puede ser por fuera, y es que la marca ha hecho una inversión potente para que puertas y capó sean de aluminio, lo que se suma a la portón trasero en materiales plásticos; el resultado es un coche que pesa menos de 1.700 kilos, muy poco para un coche con todo este equipamiento y tecnología. En este apartado, el equipamiento, destaca el nuevo techo de cristal, realmente grande, y otras delicadezas como los cinturones eléctricos con masaje.
En marcha destaca porque, si así lo queremos, es un coche veloz, y aún así consume poco. Nuestro viaje fue 'de vacío' pero a ritmo alto, y no vimos más de 6,7 litros cada 100 kilómetros en su marcador, poco para viajar 'cuesta arriba' de camino a Madrid, así que Renault sigue demostrando que su sistema híbrido es muy eficiente. El resto de los factores ayudan al conductor a vivir muy bien a bordo. La tracción a las cuatro ruedas mejora el aplomo y la facilidad de uso de los que rodea el conductor se manifiesta, con un 'nicho' para el móvil de palanca de la parte derecha del volante, donde bienvenimos palanca del cambio con la de los limpiaparabrisas y el control de velocidad. Cuestión de acostumbrarse. El ruido de marcha está mucho más atenuado que en los modelos actuales y es que al contar con una carrocería de aluminio en lugar de acero, siempre hay que afinar más otros detalles.
Llegamos al precio, y empieza en el entorno de los 42.000 euros, 2.500 euros más si optamos por la versión Sport Alpine, de gran belleza visual, sobre todo en el interior, aunque por dos mil euros más el Iconic, que es el que hemos probado, nos regala un interior más lujoso. Es un precio algo en consonancia con el mercado pero lejos de la economía de las familias con tres niños, por lo que para comprar lo mejor es acudir a los sistemas de pagos en diferido que ofrece la marca, con algo menos de 500 euros al mes de pagos durante 3 ó 4 años a elegir, para poder después decidir si nos quedamos con el coche o buscamos otra opción dentro de la gama, quizás un futuro Scénic eléctrico de siete plazas.
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