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Probamos el Renault Scenic, una evolución a todos los niveles

Probamos el Renault Scenic, una evolución a todos los niveles

RENAULT SCENIC E-TECH ELECTRIC ·

Nos ponemos al volante de la versión Iconic con la batería de gran autonomía del renovado concepto Scenic, ahora bajo un enfoque crossover familiar y motor cien por cien eléctrico

JAVIER PINÉS

Lunes, 2 de septiembre 2024, 23:09

En 1996 aparecía la primera generación del Renault Scenic, un modelo que derivaba de un Megane totalmente innovador gracias a una versátil plataforma que le permitía contar con todo tipo de carrocerías. Ahora, casi 30 años después, 28 para ser exactos, Renault sigue la misma línea que empleó entonces para presentar un totalmente actualizado Scenic que también deriva directamente del nuevo Megane pero, en esta ocasión, bajo un concepto totalmente diferente para adentrarse en el segmento de los tan de moda crossover.

Transición crossover

Por tamaño, practicidad, eficiencia y, sobre todo, lógica, esta nueva hornada de coches desarrollados para ser, sobre todo eléctricos, se adapta mucho mejor al concepto crossover que al de los SUV debido a las exigencias de la movilidad eléctrica. Y en Renault han recurrido a la plataforma desarrollada expresamente para su nueva generación de vehículos eléctricos que también utiliza el Megane e incluso el Nissan Ariya, aunque éste último se sitúa en un segmento superior debido a sus mayores dimensiones.

La instrumentación digital de 12,3 pulgadas y la pantalla central de 12 pulgadas presiden el puesto de mando.

De esta manera, el Scenic ctiene una longitud de 4,47 metros, 1,86 metros de anchura y una altura de 1,57, esto le hace 27 centímetros más largo que el Megane, 10 cm. más ancho y seis más alto, que le da ese toque off-road sin llegar a ser un SUV.

Y muy importante, el Scenic disfruta de una batalla, o lo que es lo mismo, una distancia entre ejes, de 2,78 metros, 10 centímetros más que el Megane, lo que le dota de un interior de lo más amplio. Algo indispensable en un modelo de clara orientación familiar.

Entorno digitalizado

El salpicadero es prácticamente idéntico al del Megane con un entorno totalmente digitalizado presidido por dos pantallas digitales; una para la instrumentación de 12,3 pulgadas y una situada en el centro del salpicadero de 12 pulgadas y ubicada en posición vertical.

En el caso de la situada frente al conductor es totalmente personalizable a través de la botonería situada en el volante. Un puesto de mando presidido por este volante multifunción alrededor del cual podemos encontrar multitud de botones, palancas e incluso las levas del sistema de freno regenerativo.

El techo panorámico ‘Solarbay’ se oculta por secciones.

De esta manera, vemos como el volante cuenta con dos piñas de botones situadas a ambos lados. Entre todos destaca el acceso directo a los modos de conducción a través del botón Multi Sense desde el que podemos escoger las variantes Comfort, Sport y Eco, además de una cuarta personalizable. Según elijamos una u otra notaremos como se modifica, el tacto y la respuesta del pedal de acelerador y de la dirección.

Como en todo Renault, el volante está acompañado de multitud de palancas y mandos. En la derecha se sitúan las del cambio de marchas, la del limpiaparabrisas y el módulo desde el que se controla el volumen y la selección de emisoras y música del equipo de alta fidelidad. A la izquierda queda la del accionamiento de las luces.

Por último, y no menos importante, si no que todo lo contrario, tras el volante se sitúan las levas del sistema de freno regenerativo, un elemento para mi opinión imprescindible en todo eléctrico e incluso entre los híbridos enchufables. Desde estas levas se puede gestionar la intensidad de frenada regenerativa hasta en cuatro niveles. Un elemento que nos permite variar a nuestro gusto la capacidad de retención del motor y por lo tanto de su frenada, consiguiendo una recuperación de la batería en carreteras reviradas o en tráfico urbano más que destacable.

Además, si uno quiere hacer una conducción algo más dinámica, aunque no es el objeto de este coche, también ayuda mucho la utilización de las levas, al accionarlas como si de un cambio tradicional se tratara por su efecto de retención que actúa directamente sobre las ruedas.

La trasera replica los contundentes trazos del diseño del Scenic.

El Renault Scenic E-Tech Electric cuenta con dos combinaciones de motores y baterías, que empieza por la versión de 170 caballos y la batería de autonomía confort de 60 kWh, y la superior, que es la de la unidad que hemos tenido la ocasión de probar con 218 CV de potencia y 87 kWh de capacidad denominada de Gran Autonomía.

El consumo homologado está en torno a 16 kWh y nosotros lo hemos situado en 17 kWh haciendo la mayor parte de esta prueba en carretera y autovía consiguiendo una autonomía de alrededor de 490 kilómetros, por lo que si se hace un uso un poco más extensivo en ciudad se sobrepasarán con holgura los 500 km. La marca homologa una autonomía de 610 kilómetros en este modelo. En lo que respecta al 'repostaje' eléctrico, el puerto de acceso al punto de carga está situado en la parte delantera izquierda y admite una potencia máxima de 150 kW en corriente continua y de 7 kW en alterna, aunque se puede subir hasta los 22 kilovatios si se opta por el cargador opcional con un sobre coste de 1.500 euros.

En su vista lateral se deja ver claramente su propuesta estilo crossover.

El Scenic ya no es un monovolumen pero mantiene todas sus cualidades familiares. El hecho de ser un eléctrico sube su precio pero baja su coste de utilización. Cuantos más kilómetros se hagan, más rentable será.

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