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Probamos el Toyota Yaris GR: El mito de una nueva generación
TOYOTA YARIS GR ·
La marca japonesa lanza un modelo de homologación para rallies con un precio de 34.500 euros y 260 CV, listo para ser el sueño de los amantes de la competiciónSecciones
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TOYOTA YARIS GR ·
La marca japonesa lanza un modelo de homologación para rallies con un precio de 34.500 euros y 260 CV, listo para ser el sueño de los amantes de la competiciónEl Toyota Yaris GR está destinado a ser el mito de una nueva generación de aficionados al automóvil. Si algunos crecimos con el Ford Escort Cosworth o el Lancia Delta Integrale como iconos y otros lo hicieron con el Mitsubishi Lancer EVO o el Subaru Impreza STI, para los 'millenials' el coche que les apetecerá tener, hoy y en el futuro, es el Toyota Yaris GR. Nunca antes la marca se había lanzado a presentar un coche de homologación con tantas modificaciones con respecto al modelo de serie –el Celica GT4 de los noventa, en comparación es un coche sencillo–, y todo ello sobre un Yaris, un utilitario conocido por su mecánica híbrida, es decir, lo contrario a un deportivo.
La razón de este lanzamiento está nada más y nada menos que en el presidente de la compañía: Akio Toyoda, gran aficionado a los Rallies que, junto a Tommy Makkinen, cuatro veces campeón del Mundo con Mitsubishi y responsable del equipo Toyota de carreras, se han encargado de desarrollar este coche al milímetro. Para ello se han puesto en marcha todos los recursos disponibles en la marca, que son muchos, sobre todo económicos, ya que este Toyota Yaris es completamente diferente al 'normal'.
De hecho la carrocería de tres puertas no existe en la gama y se ha hecho solo para este GR, que tiene techo de fibra de carbono, puertas y capos de aluminio, el eje trasero del Toyota Corolla, tracción total, diferenciales Torsen, etcétera, y casi nada de eso se ve por fuera, o al menos se ve poco, ya que la marca ha querido mantener la imagen del Yaris convencional, hasta el punto de que este es un coche discreto: no hay alerones y ni siquiera en nuestra unidad las pinzas de freno van pintadas en rojo, algo habitual en cualquier pseudo-deportivo de su clase.
Estamos ante un coche con un motor 1.5 litros de tres cilindros y turbo que rinde 260 caballos conectados una caja de cambios manual de seis velocidades y a la tracción a las cuatro ruedas. La pregunta habitual cuando se conduce este coche es si lleva equipado el pack 'circuito', una versión extra con suspensión regulable y diferenciales activos, pensada para sacar a más rendimiento en pista o usos extremos. Nuestra unidad no lo lleva, y a nuestro parecer, tampoco hace falta.
Nos ponemos en marcha y entramos en un coche francamente convencional, ya que el salpicadero es el mismo el resto de la gama. Afortunadamente el Yaris es uno de los coches de más calidad de su clase, y eso se refleja en un cuadro que no solo parece bueno, sino que además tiene gran solidez, climatizador bizona, una razonable pantalla multimedia y, sobretodo, una consola central con un preciso cambio de seis marchas.
En autovía el coche es cómodo para ser un modelo de este tipo, sin un ruido ensordecedor ni una suspensión excesivamente dura, por lo que podemos realizar un largo viaje con, además, un consumo razonable, rondando los 9 litros cada 100 kilómetros, bajo para sus prestaciones.
Si afrontamos un tramo de curvas, que es para lo que está diseñado este coche, las tornas cambian. El Yaris demuestra una gran calidad de suspensión ya que absorbe los pequeños baches con un excelente comportamiento tanto en la compresión como en la extensión de los amortiguadores con un perfecto control de la carrocería que se traduce en una velocidad sorprendente. La dirección es muy directa, y quizás a los frenos les falta algo en mordiente en el primer momento, algo que podemos achacar a los casi 15.000 kilómetros de nuestra unidad de pruebas. La tracción total no hace que el coche nunca pierda tracción y acelere como un demonio en cualquier circunstancia. No es un coche que tenga tendencia a derrapar,, simplemente acelera de un modo demoledor, con el motor siempre ofreciendo un buen rendimiento. Además suena muy bien, y sorprende que, con solo tres cilindros, se consiga el empaque de los motores de antaño.
El maletero es pequeño, pero razonable, y las plazas traseras son utilizables, aunque no tanto como en un Yaris, pero el hecho de ser un pequeño utilitario nos permite ir a cenar a cualquier restaurante sin preocuparnos de tener aparcado en la puerta un coche casi de rallyes.
El precio resulta muy competitivo, ya que por algo menos de 35.000 euros contamos con un coche extremadamente eficaz con un mantenimiento a precios 'Toyota', es decir, bastante ajustados para este 'cohete'.
En resumidas cuentas, este es un superclase que nos gustaría tener en el garaje, pero es tan bueno que le falta algo de picante, quizás más potencia para hacerlo menos efectivo, más vivo y radical. Pero el Yaris, como los coches de rallyes de hoy en día, trazan sin moverse de la trayectoria, sin excesivos balanceos y a una velocidad endiablada. Este GR es además una inversión de futuro, en cuanto los eléctricos sean mayoría en las calles estas joyas subirán su cotización...
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