![Híbridos, enchufables, eléctricos, hidrógeno…](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202004/24/media/cortadas/Hyundai-Ioniq-kTkF-U1001055134279KtC-1248x770@RC.jpg)
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manu cortés
Viernes, 24 de abril 2020, 23:33
Vivimos en una época de transición tecnológica en la que conviven diversos tipos de sistemas de propulsión: por un lado, los motores de combustión ya sean diésel o gasolina; y por otro, los que se han electrificado en menor o mayor medida. Los coches eléctricos van a dominar el mercado a medio y largo plazo, pero hasta entonces, existe un abanico de posibilidades que ofrecen diferentes prestaciones y modos de uso.
Con un claro liderazgo en tecnologías de electrificación, Hyundai es la única marca del mundo que comercializa automóviles con todas las técnicas eléctricas: híbridos de 48V, híbridos, híbridos enchufables, eléctricos e incluso de pila de combustible de hidrógeno. Estas son sus diferencias básicas, para que cada conductor sepa elegir la opción que mejor se adapta a sus necesidades.
Esta tecnología supone el primer escalón de electrificación y convierte a un diésel o gasolina en un modelo eficiente en consumos y más respetuoso con el medioambiente. Tiene la ventaja de ser la más sencilla y económica, logrando una sensible reducción del consumo y las emisiones de un motor de combustión, sin que el peso y el precio del automóvil se incrementen mucho.
Algunos usuarios también valoran que los híbridos de 48 voltios se usan y conducen igual que los coches tradicionales. En el lado opuesto, un híbrido ligero no puede circular en modo eléctrico, pues solo emplea la energía eléctrica que recupera y almacena en su batería para apoyar al motor de combustión y reducir su carga.
En los modelos híbridos de Hyundai, el sistema eléctrico de 48V se encarga de asistir al motor de combustión en aceleración con 12 kW (16 CV) extra. Y además le permite reducir el consumo y las emisiones hasta en un 7 por ciento. La energía eléctrica que emplean se genera recuperando energía con un sistema de frenada regenerativa y con el motor-generador eléctrico en fase de desaceleración. Esa energía se almacena en una batería de iones de litio de 48 voltios para su posterior uso.
Hyundai ha introducido la electrificación ligera híbrida de 48 voltios en las gamas i20, i30 y en los SUV Tucson, en los propulsores de gasolina 1.0 litros (con 100 y 120 CV) y 1.5 litros T-GDI (160 CV), y en los turbodiésel CRDi 1.6 (116 y 136 CV) y 2.0 l litros de 185 caballos de potencia. Todos estos modelos disponen de la etiqueta Eco de la DGT, que facilita el acceso a las ciudades ante episodios de alta contaminación.
Los híbridos convencionales completos (HEV) son el siguiente paso. Con un motor eléctrico más potente y una batería de mayor capacidad, pueden circular exclusivamente en modo eléctrico en distancias cortas o en tráfico congestionado, en silencio y sin generar emisiones locales. La mecánica de un híbrido HEV consta de un motor de gasolina, otro eléctrico y una batería autorrecargable; es decir, que no necesita enchufarse a la red eléctrica, sino que se carga al transformar en electricidad la energía que se genera al levantar el pie del acelerador o al frenar.
Al conducir un coche híbrido, la interacción entre los dos motores está tan bien resuelta que el conductor apenas percibe cuándo entra en funcionamiento cada uno o si lo hacen en conjunto. Gracias al empleo de un cambio automático tipo 'doble embrague', los Hyundai híbridos transmiten un dinamismo y refinamiento muy superior al de los híbridos convencionales con cambio automático de variador continuo y hace que tengan un consumo más contenido que la competencia incluso fuera de conducción urbana.
Los híbridos permiten un ahorro de combustible y emisiones respecto a un coche equivalente equipado únicamente con motor de combustión de un 30 por ciento. El Ioniq Híbrido tiene un consumo medio de gasolina de 4,5 litros, con 103 g/km de emisiones de CO2. Los híbridos de Hyundai, como el Ioniq y el SUV compacto Kona, disfrutan de la etiqueta Eco de la DGT.
El híbrido enchufable ofrece de todas las ventajas de un coche eléctrico -durante un número limitado de kilómetros- pero con la versatilidad de un modelo híbrido con motor de gasolina. A grandes rasgos es como un híbrido HEV, pero con una batería de mayor capacidad que se recarga enchufando el coche y un motor más potente. Gracias a ello, un Hyundai Ioniq PHEV puede recorrer en modo eléctrico hasta 52 kilómetros en carretera y algo más de 60 kilómetros en uso en ciudad.
Cuando la energía eléctrica se agota y hasta la siguiente recarga, pasa a ser un híbrido convencional, que puede circular en determinadas situaciones unos pocos kilómetros en modo eléctrico gracias a la energía recuperada en frenadas y deceleraciones. Esta tecnología también ofrece la ventaja de una autonomía extendida hasta casi 1.000 kilómetros, combinando el motor de combustión y el eléctrico, con unos consumos y emisiones contaminantes de apenas 1,1 litros de gasolina cada 100 km y 26,3 g/km de CO2 respectivamente.
El gasto energético de un híbrido enchufable, en su ecuación combustible / energía eléctrica, puede suponer un ahorro de hasta un 50 por ciento frente a un modelo con motor de combustión. Su coste de adquisición es superior, pero con un uso intensivo del vehículo esa diferencia inicial va reduciéndose notablemente. Su recarga es exactamente igual que en un coche eléctrico, aunque lleva menor tiempo debido a la menor capacidad de su batería, con la posibilidad de recurrir para ello a un enchufe doméstico o a una estación de carga.
Los híbridos enchufables tienen la misma etiqueta ambiental de Cero Emisiones que los eléctricos. Así, el Ioniq PHEV está exento de los protocolos de restricciones al tráfico por problemas medioambientales, tiene importantes ventajas fiscales, uso libre de carriles de alta ocupación y gratuidad de aparcamiento en muchas ciudades. Además, tanto los eléctricos como los híbridos enchufables PHEV de Hyundai incluyen la instalación sin coste de una Wall Box (estación de carga doméstica) de 7,4 kW de capacidad de carga.
Silenciosos y respetuosos con el medioambiente, los coches eléctricos son una opción adecuada no solo para los desplazamientos urbanos, también recorridos por carretera. Su suavidad, instantaneidad en la respuesta y ausencia de ruidos mecánicos en todo momento convencen plenamente, pero también lo hacen sus prestaciones y consumos. En su versión más potente con batería de 64 kWh, el SUV compacto Kona eléctrico dispone de una potencia de 204 CV y una autonomía media de 449 km en carretera y de más de 619 km en ciudad, con un consumo medio de electricidad de 15,4 kWh cada 100 km.
Mecánicamente un coche eléctrico es más simple que uno con motor de combustión. Tiene menor número de componentes mecánicos y un menor coste de mantenimiento. Son más fiables y, sobre todo, mucho más eficientes ya que, a diferencia de los motores de gasolina o gasóleo, convierten casi toda la energía que consumen en movimiento.
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La capacidad de la batería es lo que determina la potencia que puede usar el motor y la autonomía disponible. La mayor parte de la energía consumida proviene de recargarlo en la red eléctrica, aunque también se aproveche de la frenada regenerativa. En función de la potencia que disponga el tipo de cargador escogido y su nivel de carga, se puede requerir desde 15 minutos (para una cara rápida para una decena de kilómetros), hasta más de nueve horas para una recarga por encima del 80 por ciento de la capacidad de las baterías.
El notable aumento de la autonomía y de infraestructuras de carga rápidas ya permite en muchos puntos de nuestra geografía plantearse la adquisición de un eléctrico como único coche, si bien requiere una planificación previa del viaje y de las estaciones de carga disponibles a lo largo de las rutas de largo recorrido. Los Kona e Ioniq eléctricos llevan etiqueta Cero Emisiones.
Hyundai es líder mundial en esta tecnología. Esta solución es la más sostenible y práctica de todas, y trae al presente el coche del futuro. Un automóvil de pila de combustible tiene un motor eléctrico y genera la electricidad que consume gracias a una reacción química del hidrógeno que lleva en su depósito.
La ventaja es que solo emite vapor de agua por el tubo de escape, tiene una gran autonomía (hasta 666 km en carretera y 800 km en entorno urbano para el Hyundai Nexo) y se reposta en solo cinco minutos. Llenar el depósito de hidrógeno es una operación que se asemeja mucho a la de repostar gasolina o gasóleo en un surtidor. Frente a los eléctricos, esta tecnología suma muchas ventajas. La principal es su autonomía y rapidez de repostaje.
Tampoco precisa contar con unas baterías tan grandes como las de los coches eléctricos, lo que permite reducir mucho el peso del conjunto y, por lo tanto, aumentar el dinamismo, la autonomía y bajar el consumo. En su contra, un único aspecto: la escasa infraestructura disponible de puntos de recarga de hidrógeno.
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