El 'renting personal', una apuesta razonable

Como buen español, no soy muy de alquilar a largo plazo. Me gusta tener mi casa, mi coche y, si puedo permitirme algún capricho, comprarlo. Ese era mi consejo para los muchos amigos, conocidos y lectores que suelen preguntarnos ¿qué coche me compro? Los sistemas multi-opción, por los que a los 3 ó 4 años puedes cambiar de coche devolviendo el actual en perfectas condiciones, son muy buenos para los usuarios a los que les gusta conducir siempre lo último y son más caprichosos, pero para los que aguantan los coches –bien mantenidos eso sí– varios años, la compra convencional seguía siendo la opción más económica.

Pero las circunstancias cambian, y no hay nada mejor que adaptarse a ellas. Por un lado la Unión Europea promulga que en 2035 prohibirá las ventas de coches gasolina o diésel y hasta híbridos, por lo que el nerviosismo de los que van a comprar coche abunda, y con lógica. Por otro, los coches eléctricos avanzan a marchas gigantes, así que si compramos ahora un eléctrico en propiedad el desfase tecnológico en pocos años puede ser el mismo que sufrieron los diésel cuando llegaron los turbo. Y por último mis queridos híbridos enchufables, que valen para todo, pero no sabemos durante cuantos años ¿La solución? La compra por medio del renting personal con todo incluido: cuota, seguro, asistencia y mantenimiento.

Con precios muy competitivos, podemos tener la tranquilidad de adquirir la tecnología que más se adapte a nuestro uso actual, incluso diésel, y en unos años volver a elegir de nuevo o, si estamos contentos con el coche, quedárnoslo en propiedad.

Hay que tener en cuenta algunas salvedades: los kilometrajes son limitados, por lo que para un uso intensivo de más de 20.000 km. anuales es mejor comprar y, en caso de cambiar el coche, hay que devolverlo en perfecto estado, por lo que vale la pena un seguro a todo riesgo sin franquicia. Con todo, esta fórmula es con la que yo personalmente compraría hoy un coche, y vista que esta es la pregunta principal para el muchas veces agobiado comprador, así lo aconsejamos.