Los retos de un año muy complejo

El 2019 es un año del que no se acordará nadie, o tal vez sí: el último con 'normalidad'. Del 2020 y 2021 nos gustaría no tener que acordarnos en mucho tiempo, pero lo haremos, ¿y qué pasará con el 2022? Ahora mismo es imposible saberlo, pero una cosa está clara: no será un año como el 2019, ni mucho menos.

La complejidad de las cosas ha subido enteros de manera exponencial, y ya no hay nada que resulte, digamos 'fácil', así que el reto es, de verdad, estar suficientemente preparados para todo lo que tenga que venir, tanto en el campo sanitario somos social y profesional.

En lo que se refiere al mundo del automóvil los retos son muchos, y en este diario nombramos diez de los más importantes en los que entra la electrificación, omnipresente, pero también el empleo, las ciudades o la conducción autónoma, retos todos ellos que requieren respuestas rápidas, agilidad y eficacia, que es una de las carencias clave de nuestra administración. Lo estamos comprobando con la aplicación de un Plan Moves excesivamente complejo y que hace que la espera de las ayudas, desesperen. En mi caso, con un punto de caga doméstico instalado en 2020, siguen sin llegar.

La pega es que esta forma de actuar de la administración llegue a los planes de recuperación PERTE, y nos tememos que es así, haciendo muy complejo lo que debería ser muy fácil. Entramos en una era en la que se parte, en muchos casos, de cero. Hay que atraer inversores, tecnología, empresas y talento de forma masiva, y la administración no pone las cosas tan fáciles como debería en un año, este 2022, en el que nos jugamos mucho, tanto a nivel global como, en particular, con la planta de Ford en Almussafes, necesitada de inversiones en modelos eléctricos que aún no han sido confirmadas...

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