«Las cocineras son importantes agentes de cambio para el feminismo»

Este jueves, 6 de marzo, anticipando el Día de la Mujer (8M), la historia se repetía. La cocinera no quería dejar pasar la ocasión de ofrecer una velada solidaria, cuyo propósito volvió a ser la recaudación de fondos para Ana Bella. En esta ocasión, acompañada de la cocinera Paula Gutiérrez, joven salmantina de 23 años, cocinera del restaurante Víctor Gutiérrez (1*), que fue ganadora del último certamen Chef Balfegó. «Su perfil me flipaba para esto, porque así también mostramos apoyo a otras mujeres jóvenes. Paula prepara el plato con el que ganó el concurso, una royal de liebre y atún, servida en dos pases a lo largo de la cena», explicaba María José acerca de esta propuesta con maridaje, valorada en 150 euros de donación íntegra. Y Paula añadía: «Me parece importantísimo poder ayudar a otras mujeres en circunstancias tan difíciles. También en el ámbito de la gastronomía, hemos estado relegadas a un segundo plano durante demasiado tiempo, y es momento de cambiarlo».

La cena fue precedida de un taller feminista a puerta cerrada, para mujeres del sector de la gastronomía, dirigido por Sara García, representante de la Fundación Ana Bella. La portavoz agradecía «la maravillosa oportunidad para sensibilizar sobre la prevención de la violencia de género y la creación de relaciones sanas». Lo que hace especiales a estos talleres es que las facilitadoras son mujeres supervivientes de la Fundación, por lo que no solo comparten la teoría, sino también ejemplos concretos de sus propias experiencias. Sara siempre habla «desde una posición de superación y empoderamiento, nunca desde el victimismo». Su objetivo, también durante la cita del jueves, fue mostrar dinámicas de apoyo, acompañamiento a víctimas y escucha activa, así como explicaciones sobre las relaciones abusivas o el ciclo de la violencia. ¿Y por qué en el contexto de un restaurante? ¿Y por qué a través de una cena?

En palabras de García, «los chefs de renombre tienen la capacidad de conectar con las personas a nivel emocional y movilizar a la comunidad en torno a causas relevantes. El hecho de que mujeres destacadas en la gastronomía se sumen a esto refuerza su papel como agentes de cambio, tanto en la cocina como en la sociedad. Estas chefs son un ejemplo claro de lo que las mujeres pueden llegar a lograr cuando se les da la oportunidad de crecer, aprender y liderar». Por todo ello, lo sucedido en Lienzo fue mucho más allá de Lienzo, y lo hizo desde el lugar más correcto de todos: el amor. «La causa de Ana Bella me robó el corazón desde el minuto uno. Su historia personal es potentísima. Además, este tipo de organizaciones son necesarias para llegar a esos ámbitos donde la Administración no llega. Porque el machismo sigue pasando a diario, aunque haya quien quiera negarlo», zanjaba María José Martínez.

Son varios los restaurantes que orquestan iniciativas en torno al 8M, normalmente bajo el liderazgo de una mujer feminista, y aquí va otro buen ejemplo. Atalaya es la casa compartida por Emanuel Carlucci y Alejandra Herrador, cuya implicación con las causas en las que creen está fuera de toda duda. Es por ello que, el próximo 13 de marzo, han orquestado un evento en el que reunirán a mujeres cocineras, jefas de sala y productoras de la provincia Castellón. «Lo que más ilusión me hace es la sensación de unidad, de grupo, porque unidas somos más fuertes», dice Herrador. Y para ello, no solo bastará con servir un menú elaborado entre muchas manos -las de Silvia de Le Bistrot; Ángela de Vinatea; María, de La Farola; Raquel, de Mesón del Pastor; Catalina, de La Carrasca; o la propia Alejandra-, sino que se celebrará una charla previa en la que se debatirá sobre la invisibilidad de las mujeres en las cocinas.

La charla estará moderada por la periodista Carla Centelles, otro rostro femenino de gran relevancia en la provincia, cuyo discurso conecta con la defensa de la ruralidad. «Queremos mostrar también la sintonía de todas con ciertos valores, como el cuidado del entorno o la reivindicación del producto local. A su vez, haremos bandera de las mujeres detrás del fogón, que no siempre han recibido la visibilidad merecida», añade Alejandra, quien hace referencia a Catalina Chiva, de La Carrasca: «Siempre dice que ella no es cocinera, sino guisandera, porque pone la olla con amor, sin piruetas técnicas, buscando la satisfacción de los demás». No ahora, pero sí antes, hubo toda una generación que no se llevó los elogios. Quedan ecos del pasado, y jornadas como esta vienen a acallarlos. Por eso, la comida tendrá fines solidarios.

El restaurante Pasqual+Sheila, situado en la calle del Mar, también se suma al 8M con un homenaje gastronómico a aquellas mujeres que están cambiando las reglas del juego, no solo en la alta cocina, sino también en la enología. Durante todo el mes de marzo, los comensales podrán disfrutar de un menú exclusivo creado por cinco destacadas chefs, maridado con cinco vinos de las mejores productoras de la región. En concreto, los nombres protagonistas de la iniciativa son las cocineras Begoña Rodrigo (La Salita, 1*), Begoña Lluch (Begoístas), Mar Soler (2 Estaciones), Ángela Milian (Vinatea) y, nuevamente, Alejandra Herrador (Atalaya, 1*). En el plano líquido, Pilar Esteve (Fil·loxera & Cía), Mara Bañó (Les Freses), Verónica Romero (Los Duques), Olga Sarrión (Mustiguillo) y Lorena Peris (Finca San Blas).

Bajo la dirección del chef ejecutivo Vova Tashaev, quien ha impulsado el concepto, 'El sabor de ellas' no pretende quedarse en un lema culinario, sino en una muestra del impacto femenino en la gastronomía. El propietario de este negocio, de origen ucraniano, entiende la necesidad de que ciertas causas no caigan en el olvido. «Cada una de estas mujeres aporta su estilo único, combinando tradición, innovación y pasión por su oficio», explica, acerca del menú especial. Porque en la gastronomía, como en tantos ámbitos de la vida, el machismo sigue latente, y no está de más que determinadas fechas nos lo recuerden. Todas estas iniciativas vienen a reforzar el discurso de cambio y evidencian, en sí mismas, el impacto de la gastronomía como elemento transformador. El cambio de jerarquía en los fogones de los restaurantes es, a su vez, el cambio de jerarquía en el resto de escalafones de nuestra sociedad.