Funcionarios de la cárcel de Picassent, en la protesta de esta mañana a las puertas del centro penitenciario. LP
Sucesos
Funcionarios de la cárcel de Picassent protestan tras el acuchillamiento de un compañero por un preso en Cuenca
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Un centenar de trabajadores se concentran en la entrada del centro penitenciario demandan mejores condiciones de seguridad ante los presos más violentos
Más de 100 trabajadores de la cárcel de Picassent han participado esta mañana en una concentración de repulsa tras el acuchillamiento de un compañero funcionario del centro penitenciario de Cuenca. El autor es el violento preso que ya fue reducido por funcionarios de la cárcel de Villena a los que se les abrió un expediente interno tras la filtración de imágenes de la intervención para aclarar si se propasaron. Los sindicatos ACAIP-UGT se personarán como acusación particular contra el interno por intento de homicidio.
El interno, añaden, ha sido protagonista de varios hechos violentos en prisión. Siempre según la versión de los sindicatos, ingresó en la prisión conquense hace una semana acusado de un delito de agresión sexual en Tarancón, «hecho que había cometido pocos días después de haber salido en libertad vigilada y haberse desprendido de la pulsera telemática que se le había instalado para su control».
Al ingreso, «se le advirtió a la dirección del centro de la peligrosidad del recluso», un joven de 24 años, «sin que se tomaran medidas adicionales ni se realizara una conducción especial y directa de manera urgente a una prisión más acorde al perfil del reo».
Por este motivo, agregan, fueron los jefes de servicios quienes tomaron la precaución de que, siempre que hubiera que intervenir con el reo, fueran un mínimo de dos funcionarios. Destacan «los problemas de personal que tiene el centro de Cuenca, y la escasez de funcionarios en el servicio diario, lo que dificulta esta medida; como ejemplo, el viernes cuando se produjo el ingreso, este fue atendido únicamente por el jefe de servicios y un funcionario en prácticas».
El interno se atrincheró en su celda, por lo que tuvo que acudir el jefe de servicios acompañado de otro funcionario. Durante la intervención, el recluso se abalanzó contra el jefe de servicios con un cristal en la mano provocándole una herida en el cuello que sangraba abundantemente. El funcionario fue trasladado primeramente al hospital Recoletas de Cuenca, pero, ante lo delicado de la herida, fue derivado al Hospital General para que fuera atendido por un cirujano.
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