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Los hechos. Las causas de corrupción dejan episodios incomprensibles. Ocurrió en el caso Imelsa y aquellas cinco cajas B del PP valenciano de las ... que nunca se supo. Se repitió, también en el mismo sumario, con la sorpresiva aparición de Alejandro Font de Mora y las disputas entre diferentes facciones del PP valenciano por la caza de comisiones de las que tampoco nunca se supo. Estas dos secuencias no son los únicos ejemplos del contenido de informes policiales donde las sospechas se evaporan con el paso del tiempo sin consecuencias posteriores para sus protagonistas. De ahí el caso Bellver, por llamarlo de alguna forma. El que fuera concejal del Ayuntamiento de Valencia y síndic de los populares vivió los peores momentos de su carrera política con el levantamiento del secreto del caso Azud. Las diligencias arrojaban que había recibido regalos de lujo de parte del cabecilla de una supuesta trama urbanística, Jaime Febrer. Destacaban los modelos Seamaster Omega, un Brentley y otra pieza de la exclusiva firma Breitling. Los precios oscilaban entres los 2.000 y los 3.000 euros, nada de obsequios de cortesía como a quien le regalan una botella de vino o una corbata en Navidad. La investigación se conoció en abril de 2022. Todo apuntaba a una inmediata imputación por parte del TSJ ya que, en aquel entonces, Bellver era vicepresidente de la Mesa de Les Corts y, por tanto, tenía la condición de aforado. Pero la causa no se elevó al alto tribunal por motivos que se desconocen. Caben varias opciones, diligencias todavía débiles o que no se quisiera perder el control de la causa por si el TSJ la asumía íntegra. Pero también existía la posibilidad de que la Sala entrara en la posible prescripción. En cualquier caso, en la causa existe un auto donde se habla de Bellver como investigado y otra resolución donde se recoge que no existen indicios suficientes contra él. Total, que dos años después de las primeras informaciones, se desconoce con exactitud su situación procesal. Si está investigado o si lo estuvo y se le archivó o si, en realidad, nunca fue imputado. Pero todo apunta a que ni la juez, ni el fiscal ni siquiera el propio Bellver tienen intención de aclararlo. Sólo de dejar pasar el tiempo. Como si nada hubiera ocurrido.
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