Los enigmas del caso Zaplana

La sentencia. Más allá del resultado, se debe felicitar al tribunal por la rapidez y el esfuerzo en la elaboración de la sentencia. Un ... caso realmente complejo que se ha resuelto en 364 páginas cinco meses después de celebrarse la vista. La dedicación debe haber sido notable. El fallo, sin embargo, no ha podido terminar con algunas dudas que trufan el sumario de Erial. Por un lado, el origen de todo. Los conocidos como papeles del sirio, la hoja de ruta que activó las diligencias secretas que han terminado en la condena de Zaplana. Cuatro folios a máquina con tachones, que fueron encontrados supuestamente por Imad Ahmad Al Naddah, un ciudadano sirio con contactos policiales, que residió alquilado en la misma casa donde años antes había estado Zaplana, en la plaza Legión Española. Este se los entregó a Marcos Benavent, el ingrediente presente en todas las tramas. Al parecer, se conocían de eventos sociales. En un principio se dijo que se hallaron en una especie de altillo en el antiguo domicilio del expresidente. Rocambolesco e increíble. ¿Quién olvidaría los papeles que comprometen toda una vida? ¿No sería esto prioritario y urgente en una 'mudanza'? Más tarde, Benavent admitió que eso se lo inventaron. La realidad formal, la que presenta la sentencia, es que no los elaboró Zaplana (no había ADN) y se ignora quién lo hizo. ¿Quién está detrás de esos papeles? Zaplana postuló la teoría de la conspiración de la mano del excomisario Villarejo. Pero no parece este buen compañero de viaje.