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La exvicepresidenta Mónica Oltra. EFE
Caso Oltra: Política sucia
Análisis

Caso Oltra: Política sucia

Hubo interés en terminar con la carrera política de Oltra tras la condena a su ex y por los fallos en su gestión, una estrategia que ella también utilizó contra el PP

A. Rallo

Valencia

Martes, 2 de abril 2024, 23:23

No hubo trama, ni encubrimiento ni actuación delictiva por parte de la vicepresidenta Oltra ni de su equipo de colaboradores en la gestión de la denuncia por abusos sexuales contra su exmarido. En realidad, no hubo nada. Eso es lo relevante. Una conclusión inmejorable para ... la que fuera líder de Compromís y el resto de investigados. La falta de reproche penal resulta tranquilizadora también para la ciudadanía en el empeño y la necesidad de mantener la confianza en los dirigentes de la Administración. La decisión judicial, no obstante, no ataca el relato de lo que aconteció durante aquel fatídico semestre de 2017. Una menor tutelada por la Generalitat que denuncia un abuso sexual en un centro dependiente de la conselleria de Oltra y protagonizado por el exmarido de la vicepresidenta. La consellera se entera del caso por casualidad, con un escrito judicial que llega a su casa seis meses después de la denuncia. Una versión, la de la menor, que casualmente nadie del entorno de la Administración creyó. Unos hechos que no se trasladan a la Fiscalía ante la ausencia de un protocolo de actuación en casos similares. Tampoco lo había con el PP, cierto. Pero Oltra llevaba ya dos años en la conselleria cuando esto se produce. Y una investigación posterior de la administración, cuando ya estaba abierta la vía judicial, para tratar de aclarar el proceso anterior, el procedimiento seguido en el caso, y que se materializa en un dosier para desacreditar a la víctima. Y todo esto, al final, se salda con una condena por abusos al docente Luis Ramírez Icardi. Cinco años de cárcel que ya cumple en la prisión de Picassent. El juez ha resuelto que tras el telón de esos acontecimientos no hay delito. Perfecto. Asunto diferente es que la actuación de la Conselleria de Igualdad fuera ejemplar. No se puede presumir del resultado. Siempre faltó autocrítica por parte de Oltra. Se enrocó en una defensa de su inocencia abrazada a su gestión, estrategia que se ha demostrado errónea. Esto quizá pudo solventarse con un par de ceses o no. Ahora, delante del portátil, todo resulta más fácil. Incluso hablar de los indescifrables límites de la responsabilidad política. Koldo y Ábalos, Puig y su hermano; Oltra y su ex.

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