La investidura de Pedro Sánchez ha estado marcada, sin duda, por la amnistía. En realidad, pocos pueden decir que ese «olvido penal» haya sido una gran sorpresa. Para los muy cafeteros era la consecuencia lógica y necesaria de un proceso de reconciliación nacional. Para los ... del bando contrario resultaba inevitable en ese paulatino proceso de rendición ante los independentistas. Por más esfuerzos de unos y otros, la realidad es que la amnistía rompe el principio de igualdad ante la ley y ya, sólo eso, de entrada, parece un mal punto de partida. Incuestionable lo anterior, a partir de ahí se pueden aportar otros motivos para justificar el quebranto. Y compensar o no la balanza. El debate siempre es bienvenido. Pero volvamos al inicio, al de la no sorpresa. El último artículo de Iñaki Zaragüeta, maestro de maestros, permite conocer las sensaciones de los 18 acusados del caso Erial -si no de todos al menos sí de algunos- acerca del aplazamiento de la vista. El juicio iba a empezar en enero, pero finalmente lo hará en febrero. Ojalá las demoras en la Justicia fueran de un mes. El motivo es la baja médica del fiscal. No entraremos en más detalles. Pero los acusados de Erial, al parecer, y no hay motivo para dudar del autor, rechazan ese argumento. Creen, en cambio, que el fiscal, atemorizado ante la absolución de Alfonso Rus, busca ganar tiempo para recabar nuevas pruebas, apuntalar su estrategia... En definitiva, prepararse el juicio. No se me ocurre qué nuevas pruebas puede buscar alguien con la instrucción cerrada. De lo que no tengo duda es que Eduardo Zaplana, como buen político al estilo Sánchez, tiene todavía un as en la manga. A lo largo de la causa se han ido produciendo algunos hechos inesperados. Por ejemplo, el cambio de guión en el relato de Marcos Benavent, el exyonki del dinero, que pasó de ser el más fiel colaborador de Anticorrupción al más persistente saboteador de toda la macrocausa. O recuerden aquella comparecencia del comisario Villarejo donde deslizó ese plan oculto de las altas instancias para destruir al expresidente de la Generalitat. Sinceramente, a quienes conocen en profundidad a Zaplana les decepcionaría una etapa final sin sobresaltos. Quizá Rogelio, colaborador habitual de Zaragüeta, pueda adelantar algo en próximas ediciones.
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Mata y Oltra, en contra del ICAV. Manolo Mata, el abogado y no síndic del PSPV, y Mónica Oltra, abogada y no líder de Compromís, se han mostrado en contra del comunicado del Colegio de Abogados de Valencia (ICAV) donde la entidad alertaba de las consecuencias de la amnistía. Ambos coinciden en que el Colegio no puede pronunciarse sobre la «legitimidad de los pactos». El contenido, quizá, no sea importante.
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