Hace tan solo dos años estábamos asombrados con el reciente anuncio del ChatGPT, esa inteligencia artificial (IA) en abierto 'para todos los públicos': 'Democratización de ... la inteligencia artificial' fue el título de una tribuna en la que traté de explicar ese revolucionario punto de inflexión que se estaba produciendo.

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Asombroso e inquietante fue el comentario de un buen amigo, experto en muchas batallas, porque yo había generado en 10 minutos un video con fotos, textos y apariencia agradable partiendo de una pequeña historia suya. Meses antes el mismo trabajo me habría costado unas 10 horas, y actualmente unos 10 segundos, como he comprobado con otro experimento que he hecho jugueteando con una nueva plataforma de IA que crea canciones a partir de una frase.

La fuerza brutal de la IA, lejos de parar, se multiplica gracias a nuevos chips y arquitecturas de ordenadores y se refina con modelos de IA más sofisticados en su entrenamiento y en su ejecución.

Los 'malos' ya usan la IA liberada

Ya decía que los 'malos sofisticados' venían usando inteligencia artificial para asaltar nuestros datos, nuestras empresas y nuestra privacidad, y para ello entonces se precisaba una cierta capacidad técnica.

Ahora ya tenemos a los 'malos tontos' los cuales, por ingenuidad o tontuna se han puesto a jugar con la IA generativa para hacer 'memes' y generar noticias falsas. Lo malo es que algunos son graciosos y sus pufos circulan a la velocidad de la luz por grupos de wasap, Instagram, TikTok y X en un 'totum revolutum' de 'scroll' infinito.

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Y es ahí cuando nos la cuelan, nos engañan, nos enfadan, nos hacen creer que sabemos mucho, pero todo es un juego de espejos. Todo ello sin contar que hay malos muy malos, en las huestes de Putin, de Jinping y de Trump a quienes les importa un pimiento la democracia de raíces europeas y mediterráneas que veníamos disfrutando alegremente.

Números que dan miedo

Cada día me sorprende cómo se mencionan grandes cifras en conversaciones privadas que se contagian del alegre manejo de políticos, ignorantes incluso del alcance de su ignorancia.

Pongamos un ejemplo: Donald Trump ha anunciado la inversión de 500.000 millones de dólares en fábricas de inteligencia artificial, 100.000 millones al año. El gobierno de España ha anunciado una inversión de 200 millones de euros en una fábrica de IA en Barcelona. Esta cifras significan que en USA pondrán cada año 500 veces más inversión en IA que lo que hará España.

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El Centro de Supercomputación de Barcelona, un 'pequeño' líder en Europa, ha logrado comprar 4.480 procesadores de IA de la empresa NVIDIA, pero Meta, la empresa de Instagram, Facebook y Whastapp ya tiene 350.000, es decir 80 veces más. Ahora NVIDIA vende sus nuevos procesadores Blackwell que son 3 veces más potentes. El CEO de NVIDIA Jen-Hsun Huang tiene lista de espera para comprárselos.

Otra cosa preocupante son las cifras que nuestros políticos anuncian y después no se ejecutan: en mayo de 2022 se anunció el Perte CHIP, con dotación de 12.250 millones de euros. Pronto serán 3 años desde aquel anuncio y tan solo se ha adjudicado un 3% de ese presupuesto. Los chips o semiconductores son esenciales en la digitalización, pues son "los ladrillos de la innovación tecnológica"). ¡Ay, qué dolor!

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Democracia en peligro

Sigo viendo que, entre los especialistas en ética, los juristas, los sociólogos y los geógrafos hay aún una resistencia y un rechazo a la tecnología digital, y ahora con la misteriosa inteligencia artificial más aún.

Y mientras tanto los ingenieros y matemáticos intentan cabalgar la oleada de tecnología desprovistos de una estructura de pensamiento sólida, sin entender bien las esencias filosóficas e históricas de nuestros valores.

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La democracia está amenazada y quienes tendrían que defenderla están en sus batallas de partidos políticos y en sus 'negocietes' de dudosa moral. Los políticos ni entienden el nuevo entorno, ni están capacitados, ni quieren entenderlo, están "a sus cosas". Se apropian de una jerga tecnológica que degluten, masticada por sus ejércitos de asesores, porque lo único que les importa es derribar al contrario del poder y retener el gobierno que sea el mayor tiempo posible para colocar a los suyos con el dinero público.

Yo reivindico la necesidad de más ingenieros con ética, humanismo y cultura en el "puente de mando", más economistas, juristas, periodistas, sociólogos y geógrafos que entiendan las potentísimas herramientas digitales 'con esteroides' de inteligencia artificial que ya están disponibles y que se van a potenciar.

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Porque no podemos dejar solos en el 'puente de mando' del planeta a especuladores, asiáticos sin cultura democrática y a políticos sin escrúpulos.

La sociedad civil, los medios de comunicación independientes, los funcionarios con plaza ganada limpiamente, los jueces y los profesionales, tenemos que movilizarnos y 'asaltar el puente de mando' de nuestro futuro.

Y eso requiere un conocimiento de las herramientas de IA, de las 'armas tecnológicas' podríamos decir. Porque esto es una 'guerra de modelos de sociedad'. Es un choque de culturas y valores.

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