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Sin noticias de Oltra
La vicepresidenta dimitió hace casi un año. La investigación sigue pendiente de las piezas secretas de los correos electrónicos
ALBERTO RALLO
Viernes, 28 de abril 2023, 00:13
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ALBERTO RALLO
Viernes, 28 de abril 2023, 00:13
Entonces y ahora. En un descuido se fue casi un año. Mónica Oltra dimitió en junio del pasado año. El desenlace, aparte de previsible, ... resultaba inevitable. Ella no hubiera podido soportar una investigación como esta anclada en su responsabilidad política. Y el Consell, o el PSPV, tampoco. Pero en aquellos convulsos y calurosos días de junio se gestó lo que se ha denominado el caloret de Oltra. Ese baile de la líder de Compromís y de otros altos cargos en el viejo cauce. Fue un punto y aparte para el jefe del Consell que hasta entonces había mantenido a flote a su vicepresidenta. En el acto de Compromís participaron otros miembros de la dirigencia nacionalista que por la mañana le ofrecían apoyo y ya entrada la tarde contactaban con el Palau para trasladar tranquilidad porque la vicepresidenta no aguantaría el envite. Desde entonces Oltra ha comprobado algo que ella ya intuía. Fundamentalmente por dos motivos. Uno que es abogada. El otro, que disponía del ejemplo reciente de algunos cargos populares. En esto de la Justicia se sabe cuándo entras, pero nunca cuándo sales. Y lo más importante: de qué forma. Un año después de aquello, la realidad, es idéntica. Contamos con prácticamente los mismos indicios. Ni su esperada declaración despejó dudas ni tampoco la Policía ha traído nuevos indicios. Toda la incertidumbre se concentra sobre las investigaciones secretas que mantiene el juzgado sobre los correos electrónicos de los investigados y las llamadas -número de comunicaciones, pero no contenido- que Oltra y su exmarido se cruzaron después de que ella supiera que estaba siendo investigado. El tiempo transcurrido, seis meses, puede hacer pensar que existe material de interés y que los agentes de la Policía Nacional ultiman la confección de un amplio informe. Pero el lapso puede responder a cuestiones de intendencia, como la falta de tiempo o la sobrecarga de trabajo. No sería la primera vez. Estas diligencias, en principio, perseguirían encontrar un rastro de aquel plan oculto y articulado a través de una orden verbal que en su día aventuró la Fiscalía Superior del TSJ. Quizá fue un pronunciamiento prematuro o innecesario. Pero que fue la puntilla para la vicepresidenta. Así lo interpretó entonces su entorno de la vicepresidenta. En asuntos como este, en ocasiones, se termina siendo más duro por evitar precisamente voces que hablen de tibieza. Recordemos las protagonistas. Teresa Gisbert, fiscal superior de reconocida sensibilidad progresista, sobre un caso que afecta a Mónica Oltra, líder de la izquierda valenciana. La campaña está a punto de comenzar y no hay noticias de Oltra. Baldoví, candidato y uno de los bailongos del viejo cauce, aseguró que estaría encantado que Oltra participara en la campaña electoral. Pero ahora por quien bebe los vientos es por Yolanda Díaz. Veremos qué hace la exvicepresidenta.
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