Urgente Un incendio en un bingo desata la alarma en el centro de Valencia y deja 18 atendidos por humo

La culpa fue del tonto del altavoz, quien de tanto vociferar «¡fiesta!» y pinchar a Shakira llevó mi paciencia al límite. O de los críos que en sesión continua coreaban 'Marco Polo', de punta a punta de la piscina, siete horas al día, siete días ... a la semana, induciéndome a firmar un armisticio con Herodes. También influyó aquella orca hinchable que me embistió en la playa antes de empezar a contar tintoreras como muchos veranos atrás censábamos aerolitos; y por supuesto la estela de arena infantil que la persiguió hasta embadurnar mi libro con una suerte de caspa literaria que ya quedaría adherida a sus páginas hasta el renglón final. Se conoce que todo eso acabó por agriarme el carácter, y como semejante nubarrón no lo habrían escampado ni los palmeros de Peret agarré papel y boli y pasé el resto del verano, llámame borde, encadenando porqués. ¿Por qué el aterrizaje de Tesla en precampaña era un hecho y ahora sólo una posibilidad? ¿Por qué, gobierne quien gobierne, la Malvarrosa se mustia y siempre tiene la culpa el antecesor? ¿Por qué un año después del desastre forestal los responsables políticos de la prevención de incendios son los mismos y entonces parecían Manolo y Benito y ahora los hombres de Harrelson? ¿Por qué, procrastinadores, cada otoño nos ahogamos con las primeras lluvias tras habernos asado durante meses? ¿Por qué si me hablan de tipos de interés a mí me viene a la cabeza el interés de algunos tipos? ¿Por qué presiento que Lim apostó toda su fortuna al descenso del Valencia? ¿Por qué no regalan auriculares en el transporte público? ¿Por qué permitimos que alimentos básicos se conviertan en bien de lujo? ¿Por qué he de aguantar que un imbécil me haga luces en el bus-VAO si mi vehículo va a la máxima velocidad permitida? ¿Por qué comparto especie con chorbos que se divierten cagando en piscinas? ¿Por qué presume de progresía una sociedad donde hay gente que muere de calor en verano o de frío en invierno? ¿Por qué no puedo decir que Rubiales se comportó como un indeseable machista pero muchos de los que lo destripan son unos estrategas oportunistas? ¿Por qué en función de a quién se arrime nuestro ilustre prófugo lo llamarán enemigo de España o líder de un partido cuya tradición y legalidad no están en duda? ¿Por qué aún aguantamos a terraplanistas que niegan la violencia machista? ¿Por qué el cobarde que mata y se mata no empieza por el final? ¿Por qué discrepamos hasta por las pancartas? ¿Por qué antes de defender una lengua no probamos a hablarla y abrimos heridas ya cerradas cuando quedan tantas por cicatrizar? ¿Por qué decimos Torrente, Lérida o Gerona aunque rechazaríamos que nos llamaran Iberia? ¿Por qué nuestro nacionalismo ni llora ni mama en Madrid? ¿Por qué Feijóo no tiene derecho a una investidura si Sánchez y Rivera ya se besuquearon en otra pantomima? ¿Por qué cuando unos denuncian las mentiras de los otros yo me acuerdo de la sartén y el cazo? ¿Por qué en Putinlandia siempre se accidentan los mismos y no hay una mala cornisa para nuestro Vlad el Empalador? ¿Por qué en España debería gobernar la lista más votada y en Extremadura no? ¿Por qué nadie da trabajo a Echenique en alguna nave sin acceso a internet? ¿Por qué al idiota del megáfono nunca se le agotó la batería?

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